“Como la sombra que se va”, la nueva novela de Antonio Muñoz Molina

Como la sombra que se va es la última novela del escritor, nacido en Úbeda, Antonio Muñoz Molina. En ella, el autor ubetense, recrea tres historias utilizando como vínculo entre ellas la ciudad de Lisboa. En la primera, reconstruye los pasos de James Earl Ray, el asesino de Martin Luther King, que, durante su huida, pasó diez días en Lisboa tratando de conseguir un visado para Ángola. En la segunda, nos desvela las vicisitudes de un joven Antonio Muñoz Molina que, en 1987, también visitó la capital portuguesa buscando, con la coartada de la literatura, escapar de la rutina de su vida diaria y tratando de encontrar inspiración para El invierno en Lisboa, la novela que lo salvó como novelista y con la que alcanzaría la fama. También nos cuenta las peripecias de su reciente visita a Lisboa, casi treinta años después de la primera, para escribir esta novela que tenemos entre manos y tratando, tal vez, de encontrar su propia historia.

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Muñoz Molina asegura que ha pretendido escribir una novela con un máximo de materiales no inventados. Una historia que le ha servido a su autor, personaje en su propia novela, como pretexto para reflexionar sobre determinados aspectos de su vida y de su actividad como escritor:

«Una novela es un estado de espíritu, un interior cálido en el que uno se refugia mientras escribe, como un capullo que va tejiendo hilo a hilo desde dentro, encerrándose en él, viendo el mundo exterior como una vaga claridad al otro lado de su concavidad translúcida. Una novela se escribe para confesarse y para esconderse. La novela y el estado particular de ánimo en el que es preciso sumergirse para escribirla se alimentan mutuamente; una particular longitud de onda, como una música que uno oye de lejos y que intenta precisar escribiendo.»

Como la sombra que se va es una gran novela, magistralmente escrita, entretenida y fácil de leer. Ha sido considerada, por diversos medios y entidades culturales, como una de las mejores novelas del pasado año 2014. En Babelia, Joaquín Estefanía ha escrito de ella: Superponer historias de distintos planos en la misma cartografía hasta lograr una panorámica en 3D. Con la mejor literatura posible, la que hace ya tiempo caracteriza al autor; por ejemplo, la de La noche de los tiempos o la de Sefarad. Perseguir, acorralar, saborear al asesino de Martin Luther King reivindicando, como una música de fondo que siempre acompaña al texto y nunca molesta, el mítico movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos. Bucear en los detalles de una vida (¿la del líder negro, la suya propia?), de una ciudad, de unos años cercanos, pero diferentes. “He llegado a saber tanto de él, que me parece recordar cosas de su vida, lugares que él vio y yo nunca he visto”, dice obsesionada la primera persona que relata el medio millar largo de páginas. ¡Qué ratos de lectura tan buenos, acompañado de Gerry Mulligan, Chet Baker, Clifford Brown y tantos otros! “

Antonio Muñoz Molina presenta en Página Dos su última novela, Como la sombra que se va

ANTONIO MUÑOZ MOLINA

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Muñoz Molina por Jesús de Miguel

Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda el 10 de enero de 1956. Cursó estudios de periodismo en Madrid y se licenció en historia del arte en la Universidad de Granada. Ha reunido sus artículos, reconocidos en 2003 con los premios González-Ruano de Periodismo y Mariano de Cavia, en volúmenes como El Robinson urbano. Su obra narrativa comprende Beatus Ille (1986), El invierno en Lisboa (1987), que recibió el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Literatura, ambos en 1988, Beltenebros (1989), El jinete polaco (1991), que ganó el Premio Planeta en 1991 y nuevamente el Premio Nacional de Literatura en 1992, Los misterios de Madrid (1992), El dueño del secreto (1994), Nada del otro mundo (1994), Ardor guerrero (1995), Plenilunio (1997), Carlota Fainberg (2000), En ausencia de Blanca (2001), Ventanas de Manhattan (2004), El viento de la Luna (2006) y Sefarad (2001). Desde 1995 es miembro de la Real Academia Española. Está considerado como uno de los mejores novelistas en lengua castellana de los últimos años. Vive en Madrid y Nueva York y está casado con la escritora Elvira

SINOPSIS

«La huida del asesino que no pudo matar un sueño de libertad.»

El 4 de abril de 1968 Martin Luther King fue asesinado. Durante el tiempo en que permaneció en fuga, su asesino, James Earl Ray, pasó diez días en Lisboa tratando de conseguir un visado para Angola.

Obsesionado por este hombre fascinante y gracias a la apertura reciente de los archivos del FBI sobre el caso, Antonio Muñoz Molina reconstruye su crimen, su huida y su captura, pero sobre todo sus pasos por la ciudad. Lisboa es paisaje y protagonista esencial en esta novela, pues acoge tres viajes que se alternan en la mirada del escritor: el del prófugo Earl Ray en 1968; el de un joven Antonio que en 1987 parte en búsqueda de inspiración para escribir la novela que lo consagró como escritor, El invierno en Lisboa, y el del hombre que escribe esta historia hoy desde la necesidad de descubrir algo esencial sobre estos dos completos desconocidos. Original, apasionante y honesta, Como la sombra que se va aborda desde la madurez temas relevantes en la obra de Antonio Muñoz Molina: la dificultad de recrear fielmente el pasado, la fragilidad del instante, la construcción de la identidad, lo fortuito como motor de la realidad o la vulnerabilidad de los derechos humanos, pero cobran aquí forma a través de una primera persona completamente libre que indaga de forma esencial en el proceso mismo de la escritura.

FRAGMENTOS DE LA NOVELA

   «Fui por primera vez a Lisboa a principios de enero de 1987 porque estaba escribiendo una novela que en parte sucedía allí. Yo no me daba cuenta de lo joven que era. Pensaba que no era joven y que mi vida ya estaba hecha y nada podría cambiar mucho en el porvenir: treinta años, casi treinta y uno, casado, con un hijo y a la espera de otro, una escritura de propiedad a mi nombre y una hipoteca que terminaría de pagarse al comienzo del próximo siglo, una plaza fija de funcionario. Debajo de una superficie tranquila mi vida era una yuxtaposición sin orden de vidas fragmentarias, un sinvivir de deseos frustrados, de piezas dispersas que no cuadraban. Una gran parte de lo que hacía me era ajeno. Lo que yo era por dentro y lo que me importaba de verdad permanecía oculto para la mayoría de las personas que trataban conmigo.»

[…]

   «Le dijo a mi hijo que esta tarde, durante mi paseo a solas, viendo las sombras de la gente en la Praça de Figueira y luego en la calle larga y estrecha de la Baiz, me he acordado de algo que leí en un libro sobre el asesinato de Martin Luther King, algo que me hizo mucha impresión y que me llevó a escribir un arranque, el esbozo de un relato, aunque en el libro no se le concedía mucho espacio, ni se le daba importancia que su asesino, James Earl Ray, cuando estaba huyendo, pasó diez días en Lisboa.» 

 

“Madame Bovary” de Gustave Flaubert

Madame Bovary es una magnífica novela escrita por Gustave Flaubert, uno de los más grandes novelistas de la historia de la literatura. Se publicó por entregas en la Revue de Paris a lo largo de 1856. Finalmente, apareció en forma de libro en 1857.

La publicación de la novela suscitó una gran polémica y su autor fue procesado por ofensas a la religión y a la moral. Finalmente, Flaubert salió absuelto, y el proceso contribuyó al éxito de la novela.

Madame Bovary es una de las grandes novelas de la literatura de todos los tiempos y está considerada por la crítica como la primera novela moderna. Narra la historia de la joven Emma Bovary, mujer infelizmente casada que desea una vida distinta y acabará tratando de conseguir sus sueños en los brazos de sus amantes. Al final, fracasada y defrauda por los hombres, Emmna se ve arrastrada a un triste y trágico final.

20150203115746_00002Para Vargas Llosa, es una de las historias más conmovedoras y mejor concebidas y escritas de la literatura. Sobre ella, el autor de La ciudad y los perros, escribió lo siguiente: Flaubert concibió, entre 1851 y 1856, la historia de Emma Rouault, que se casa con el médico Charles Bovary y vive la vida rutinaria del pueblito normando de Yonville. Pero el espíritu inquieto y fantasioso de Emma Bovary, atizado por las aventuras apasionantes de las novelitas de amor que lee vorazmente, aspira a una vida distinta, de lujo, pasiones y excesos románticos, algo que la joven intenta materializar, enredándose en pequeñas aventuras de las que saldrá cada vez más golpeada y humillada, defraudada siempre por el espíritu mezquino, la cobardía y el egoísmo de esos hombres a los que se entrega creyéndolos a la altura de sus sueños [] Para muchos, Madame Bovary inaugura la novela moderna y sienta las bases de la gran revolución narrativa que protagonizarían años más tarde un Marcel Proust, un James Joyce, una Virginia Woolf, un Franz Kafka y un Thomas Mann. Hasta Flaubert, la novela era considerada un género plebeyo, a diferencia de la poesía, donde la belleza del lenguaje alcanzaba su máxima expresión. Flaubert se empeñó en que la prosa narrativa tuviera también la excelencia artística de la poesía y no hubiera en ella nada que empobreciera o afeara la palabra.”

Sobre la historia de Madame Bovary se han realizado numerosas adaptaciones para el cine y la televisión. En el papel de Emma han destacado actrices como Isabele Huppert, Francesca Annis o Jennifer Jones.

Madame Bovary es probablemente la obra maestra de la novela contemporánea; es una obra de observación minuciosa y ceñida, en una forma al mismo tiempo espléndida y sobria

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GUSTAVE FLAUBERT

20150203115746_00001Ruán, (1821-1880). Gustave Flaubert manifestó desde niño una precoz pasión por la literatura, que le llevó a fundar de muy joven una revista literaria que redactó íntegramente. Pasó toda su vida en su propiedad de Croisset, entregado a su labor de escritor. Sin embargo, sus escasos viajes desempeñaron un papel importante en su aprendizaje como novelista, dado el valor que concedía a la observación de la realidad. Flaubert no dejó nada en sus obras a merced de la pura inspiración, antes bien, trabajó con empeño y precisión el estilo de su prosa, desterrando cualquier lirismo. Su talento literario le ha concedido un papel central en la evolución del género novelístico hasta la primera mitad del siglo XX.

SINOPSIS

«Entre el puñado de libros extraordinarios del siglo XIX que han enriquecido el genero de la novela como nunca antes ni después, figura, en lugar principalísimo, Madame Bovary.»

Mario Vargas Llosa

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Un simple drama local sirvió a Flaubert para iniciar un trabajo de creación «sobre nada», que tuvo por fruto una de las novelas capitales de la literatura: con esa nada, Flaubert construyó no sólo un personaje, sino un modelo de mujer que resume los dramas íntimos de muchas mujeres educadas en sentimientos heredados del romanticismo.

Charles Bovary, modesto médico rural, se casa con Emma, de familia acomodada, educada como una señorita, pero con la cabeza llena de lecturas y sueños románticos. La estrechez de miras del marido y la placidez de una vida insulsa dejan insatisfecha a Emma, cuya ansiedad no consigue aplacar ni el nacimiento de una hija. Tras el paso fugaz y templado de León por su vida, aparece Rodolphe, un elegante de provincias, que la seduce fácilmente y le induce a creer que ha encontrado la pasión verdadera que tanto deseaba. Pero Emma vivirá siempre desgarrada entre la prosaica realidad en la que vive y un ilusorio mundo de amores y riquezas.

Emma Bovary, enamorada del amor, servirá al novelista para trazar un tipo femenino permanente en el tiempo, utilizando un realismo minucioso que refleja la verdad y afirma la voluntad de perseguir la belleza, en un ambiente de mediocridad humana en el que la ley social del dinero impone sus coacciones, para terminar llevando a Emma a un destino fatal.

Esta edición se enriquece con tres fragmentos recientemente descubiertos en los manuscritos, en los que se discuten temas capitales para entender intrínsecamente al personaje, como la propuesta de Homais de que debería prohibirse la lectura a las mujeres, vieja idea medieval que viene arrastrándose de siglo en siglo.

FRAGMENTOS DE LA NOVELA 

    Pero al verse en el espejo se asombró de su cara. Nunca había tenido los ojos tan grandes, tan negros ni tan profundos. Algo sutil esparcido sobre toda su persona la transfiguraba.
  Se repetía: «¡Tengo un amante! ¡Un amante!», deleitándose en esta idea como si le hubiera sobrevenido otra pubertad. Así pues, por fin iba a conocer esas alegrías del amor, aquella fiebre de felicidad cuya esperanza había perdido. Entraba en algo maravilloso donde todo sería pasión, éxtasis, delirio; una inmensidad azulada la envolvía, las cumbres del sentimiento resplandecían bajo su pensamiento, y la existencia corriente no aparecía sino a lo lejos, muy abajo, en la sombra, entre los intervalos de aquellas alturas.
   Entonces recordó a las heroínas de los libros que había leído y la legión lírica de esas mujeres adúlteras empezó a cantar en su memoria con voces de hermanas que le encantaban. Ella misma se transformaba en una parte real de aquellas imaginaciones y cumplía el largo sueño de su juventud, al mirarse en aquel modelo de enamorada que tanto había ambicionado. Además, Emma sentía una satisfacción de venganza. ¡Bastante había sufrido! Pero ahora triunfaba, y el amor, tanto tiempo contenido, brotaba por entero con gozosos borbotones. Lo saboreaba sin remordimientos, sin inquietud, sin turbación.

[…]

   «¡Qué miserable! ¡Qué patán!… ¡Qué infamia!», se decía ella mientras huía con pie nervioso bajo los álamos de la carretera. La decepción del fracaso reforzaba la indignación de su pudor ultrajado; le parecía que la Providencia se obstinaba en perseguirla, pero, reafirmada en su orgullo, nunca había sentido tanta estima por sí misma ni tanto desprecio por los demás. Algo belicoso la enajenaba. Habría querido pegar a los hombres, escupirles en la cara, machacarlos a todos; y seguía caminando deprisa hacia delante, pálida, trémula, rabiosa, escudriñando con los ojos llenos de lágrimas el horizonte vacío, y como deleitándose en el odio que la ahogaba.