“Crónicas marcianas”, Ray Bradbury

«Nosotros, los habitantes de la Tierra, tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas»

  Crónicas marcianas es una colección de relatos originales del escritor estadounidense Ray Bradbury. En ellos se recoge la crónica de la colonización de Marte por parte de los humanos que huyen de un planeta al borde de la destrucción. Comprenden un periodo que va desde 1999 hasta 2026. En Crónicas marcianas, Bradbury expresa su rechazo contra una sociedad deshumanizada que vive bajo la amenaza de una guerra nuclear y que refleja buena parte de los temores de la sociedad norteamericana de los años cincuenta. Suponen un alegato contra la guerra, el control gubernamental y la censura, el racismo, y la capacidad del ser humano para arruinarlo todo.

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  «La vida en la Tierra nunca fue nada bueno. La ciencia se nos adelantó demasiado, con demasiada rapidez, y la gente se extravió en una maraña mecánica, dedicándose como niños a cosas bonitas: artefactos, helicópteros, cohetes; dando importancia a lo que no tenía importancia, preocupándose por las máquinas más que por el modo de dominar las máquinas. Las guerras crecieron y crecieron y por último acabaron con la Tierra. Por eso han callado las radios. Por eso hemos huido…»

   Crónicas marcianas se publicó en 1950 y se considera un clásico de la ciencia ficción. Es, junto con Fahrenheit 451, uno de los libros más representativos de Bradbury.

  Bradbury tenía esperanzas  en que el hombre llegaría en fechas próximas al planeta rojo y que sería capaz de asentarse en él comenzando una nueva etapa lejos de la Tierra y de sus problemas.

  En 2004 dijo a un diario chileno: “cuando muera, quiero que me cremen, que pongan mis cenizas en un tarro de sopa de tomate y me entierren en Marte!”

«Su tema es la conquista y colonización del planeta. Esta ardua empresa de los hombres futuros parece destinada a la época, pero Ray Bradbury ha preferido (sin proponérselo, tal vez, y por secreta inspiración de su genio) un tono elegíaco. Los marcianos, que al principio del libro son espantosos, merecen su piedad cuando la aniquilación los alcanza. Vencen los hombres y el autor no se alegra de su victoria. Anuncia con tristeza y con desengaño la futura expansión del linaje humano sobre el planeta rojo –que su profecía nos revela como un desierto de vaga arena azul, con ruinas de ciudades ajedrezadas y ocasos amarillos y antiguos barcos para andar por la arena–.»

Jorge Luis Borges. Prólogo del libro

SINOPSIS

   Esta colección de relatos recoge la crónica de la colonización de Marte por parte de una humanidad que huye de un mundo al borde de la destrucción. Los colonos llevan consigo sus deseos más íntimos y el sueño de reproducir en el Planeta Rojo una civilización de perritos calientes, cómodos sofás y limonada en el porche al atardecer. Pero su equipaje incluye también los miedos ancestrales, que se traducen en odio a lo diferente, y las enfermedades que diezmarán a los marcianos. Conforme a su concepción de lo que debe ser la ciencia ficción, Bradbury se traslada al futuro para iluminar el presente y explorar la naturaleza humana. Escritas en la década de los cuarenta, estas deslumbrantes e intensas historias constituyen un canto contra el racismo, la guerra y la censura, destilando nostalgia e idealismo.

   Ray Bradbury se consolidó como escritor con esta obra, ahora un clásico de las letras norteamericanas, con su estilo rico, inmediato y conmovedor, que le ha valido el apelativo de poeta de la ciencia ficción.

«¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad?

¿Cómo pueden tocarme estas fantasías; y de una manera tan íntima?»

Jorge Luis Borges

RAY BRADBURY

   Ray Bradbury nació en Waukegan (Illinois) en 1920. Entre novelas, colecciones de cuentos, poemas y obras de teatro, ha publicado un centenar de libros. En 1964 fundó el teatro Pandemonium, donde se han representado algunas de sus piezas; ha desarrollado una amplia actividad en el mundo del cine y de la televisión y destaca como guionista de la película de John Huston Moby Dick (1965). Algunas de sus obras han sido adaptadas en los programas de televisión The Twilight Zone y el Ray Bradbury Theatre. Artista polifácetico, creó el escenario del pabellón norteamericano en la Feria Mundial de Nueva York de 1964, y en 1980 colaboró con la firma de arquitectos que proyectó el Westside Pavilion en Los Ángeles y la Horton Plaza en San Diego.

Ray Bradbury

                                                             Ray Bradbury

   En 1989 fue nombrado Gran Maestro de la SFWA (Asociación de autores de ciencia ficción norteamericanos) y en 1999 recibió el SF Hall of Fame por toda su carrera.

    Existe un asteroide llamado (9766) Bradbury en su honor.

    Murió el 5 de junio de 2012 a la edad de 91 años en Los Ángeles, California. A petición suya, su lápida funeraria, en el Cementerio Westwood Village Memorial Park, lleva el epitafio: «Autor de Fahrenheit 451».

FRAGMENTOS DEL LIBRO

     –No arruinaremos este planeta –dijo el capitán–. Es demasiado grande y demasiado hermoso.

   –¿Cree usted que no? Nosotros, los habitantes de la Tierra, tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas. No pusimos quioscos de salchichas calientes en el templo egipcio de Karnak sólo porque quedaba a trasmano y el negocio no podía dar grandes utilidades. Y Egipto es una pequeña parte de la Tierra. Pero aquí todo es antiguo y diferente. Nos instalaremos en alguna parte y lo estropearemos todo. Llamaremos al canal, canal Rockefeller; a la montaña, pico del rey Jorge, y al mar, mar de Dupont; y habrá ciudades llamadas Roosevelt, Lincoln y Coolidge, y esos nombres nunca tendrán sentido, pues ya existen los nombres adecuados para estos lugares. 

[…]

    –Así es. El hombre, decían, ha de afrontar la realidad. ¡Ha de afrontar el Aquí y el Ahora! Todo lo demás tiene que desaparecer. ¡Las hermosas mentiras literarias, las ilusiones de la fantasía, han de ser derribadas en pleno vuelo! Y las alinearon contra la pared de una biblioteca un domingo por la mañana, hace treinta años. Alinearon a Santa Claus, y al jinete sin Cabeza, y a Blanca Nieves y Pulgarcito, y a Mi Madre la Oca…. Oh, ¡qué lamentos!, y quemaron los castillos de papel y los sapos encantados y a los viejos reyes, y a todos los que «fueron eternamente felices», pues estaba demostrado que nadie fue eternamente feliz, y el «había una vez» se convirtió en «no hay más». Y las cenizas del fantasma Rickshaw se confundieron con los escombros del país de Oz, e hicieron unos paquetes con los huesos de Ozma y Glinda la Buena, y destrozaron a Polícromo en un espectroscopio y sirvieron a Jack Cabeza de Calabaza con un poco de merengue en el baile de los biólogos. La Bella Durmiente despertó con el beso de un hombre de ciencia y expiró con el fatal pinchazo de su jeringa. Hicieron que Alicia bebiera algo de una botella que la devolvió a un tamaño donde no podía seguir gritando «más curioso y más curioso» y rompieron el Espejo de un martillazo y acabaron con el Rey Rojo y la Ostra.