“El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”, de Tatiana Ţîbuleac, una novela brutal y afilada sobre la muerte, la redención, la maternidad y la reconciliación.

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es la primera novela de la escritora y periodista rumana Tatiana Tibuleac, nacida en Chisináu, Moldavia y residente en Francia. Se publicó en su lengua materna, rumano, en 2016 y desde entonces se ha convertido en un auténtico fenómeno literario. La obra ha sido traducida a multitud de idiomas, ha cosechado importantes reconocimientos y ha sido adaptada para el teatro. En España ha sido publicada por la editorial lmpedimenta en 2019, y ha recibido, entre otros, el Premio Cálamo Libro del Año 2019, el Premio Las Librerías Recomiendan 2020 y el Premio Novela Europea Casino de Santiago 2020.

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es una dura historia sobre las relaciones maternofiliales, la falta de afecto, la reconciliación y el perdón.

Cuenta la historia de Aleksy, un famoso y desequilibrado pintor que sufre un bloqueo artístico y a quien su psiquiatra le recomienda escribir sobre el último verano que pasó con su madre, en un pueblecito francés, antes de que ella muriera de cáncer. Aleksy nos relata una niñez miserable marcada por la pérdida en accidente de su hermana pequeña, y por la que todos se culpan; el abandono de su padre, alcohólico; el rechazo de la madre, que sumida en una profunda tristeza le ignora y desatiende, y su posterior internamiento en un centro psiquiátrico.

    «Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba junto a la puerta de la escuela como una pordiosera. La habría matado con medio pensamiento».

Una novela fantástica, de una belleza terrible y desgarradora que te atrapa desde el primer párrafo. Con un comienzo muy duro; una forma de poner al lector a prueba, según ha reconocido su autora. Posteriormente, esa crueldad irá dando paso, poco a poco, a la ternura, y la historia irá alcanzando cada vez más brillo y más dosis de lirismo.

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es el relato de un verano de reconciliación, de tres meses en los que madre e hijo por fin bajan las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la necesidad de hacer las paces entre sí y consigo mismos.

Plena de emoción y crudeza, Tatiana Ţîbuleac muestra una intensísima fuerza narrativa en este brutal testimonio que conjuga el resentimiento, la impotencia y la fragilidad de las relaciones maternofiliales. Una poderosa novela que entrelaza la vida y la muerte en una apelación al amor y al perdón. Uno de los grandes descubrimientos de la literatura europea actual.

    Una noche, antes de acostarnos, mi madre empezó otra vez con «Aleksy» y yo no tuve fuerzas para detenerla. Me pidió que la perdonara por haberme avergonzado tantos años, por no haberme querido y por haber pensado mucho más en Mika muerta que en mí vivo. Luego me dijo que no golpeara jamás a una mujer en los pechos y que no me pusiera calcetines blancos, como mi padre. Le pregunté por qué ella y Mika tenían los ojos verdes y yo azules.

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SINOPSIS

Aleksy aún recuerda el último verano que pasó con su madre. Han transcurrido muchos años desde entonces, pero, cuando su psiquiatra le recomienda revivir esa época como posible remedio al bloqueo artístico que está sufriendo como pintor, Aleksy no tarda en sumergirse en su memoria y vuelve a verse sacudido por las emociones que lo asediaron cuando llegaron a aquel pueblecito vacacional francés: el rencor, la tristeza, la rabia.

¿Cómo superar la desaparición de su hermana? ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo?

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

    «Pienso muchas veces en cómo habría sido nuestra vida si Mika no hubiera muerto. Si no se hubiera perdido de forma accidental aquel frío invierno, como se pierden los caramelos en los bolsillos de los niños pobres. Mika era nuestro pegamento, nuestra araña querida que nos había atrapado a todos, como a unos insectos, en su telaraña mágica y nos retenía en ella. Mika fue el único motivo por el que nos sentimos una familia durante varios años y no nos destrozamos como los perros rabiosos que éramos».

TATIANA TIBULEAC

78399102_2646179095427702_2447803248988389376_nTatiana Tîbuleac nació en 1978 en Chisináu, Moldavia. Hija única de un periodista y de la correctora de un periódico, ya en la universidad empezó a colaborar con diversos medios en calidad de traductora, correctora y reportera, mientras realizaba sus estudios de Periodismo y Comunicación. Se dio a conocer en 1995, cuando comenzó a publicar la columna «Historias verdaderas» en el periódico Flux, uno de los diarios más importantes en lengua rumana. En 2007 abandonó el periodismo para dedicarse por entero a la escritura, y al año siguiente se mudó a París. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (2016; Impedimenta 2019), su primera novela, impactó tanto a la crítica como a los lectores de Rumanía. Se ha traducido a varios idiomas, se ha convertido en un auténtico fenómeno literario, con adaptaciones para el teatro, y ha cosechado importantes reconocimientos en nuestro país, como el Premio Cálamo Libro del Año 2019, el Premio Las Librerías Recomiendan 2020 y el Premio Novela Europea Casino de Santiago 2020. Su segunda novela, El jardín de vidrio (2018; Impedimenta 2021), se alzó con el Premio de Literatura de la Unión Europea en 2019. Tatiana Tîbuleac vive y trabaja actualmente en París.