“La vida negociable”, de Luis Landero

«Mira, Huguito, en la vida todo es negociable, y también con Dios, digo yo, se podrá negociar.»

   «Señores, amigos, cierren sus periódicos y sus revistas ilustradas, apaguen sus móviles, pónganse cómodos y escuchen con atención lo que voy a contarles. Cuando yo era adolescente, cuando apenas sabía nada del mundo de los mayores ni tenía clara conciencia del bien y del mal, e ignoraba por tanto de qué manera prodigiosa puede llegar uno a convertirse en un momento, quizá sin advertirlo, como en un cara o cruz, en un canalla o en un santo, un día mi madre me llevó con ella a un lugar secreto, y yo supe que era secreto porque eso fue lo primero que me dijo en cuanto llegamos allí».

    Así, de esta llamativa manera, arranca La vida negociable, la última novela de Luis Landero, con la que el escritor extremeño vuelve a la novela «pura y dura», después de El balcón en invierno, su libro más autobiográfico.

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    Nos encontramos ante una especie de novela picaresca moderna, mitad drama, mitad comedia. En ella, el protagonista, Hugo Bayo, nos da cuenta de su vida desde la adolescencia hasta la edad adulta. Hugo es un tipo sin principios ni escrúpulos, un sujeto amoral capaz de negociar con su conciencia y de chantajear a sus propios padres. Él se cree un genio, un tipo con talento, que, movido por el afán, siente el ferviente deseo de ser un gran hombre y de hacer grandes cosas, pero que, mientras tanto, tiene que ir trapicheando para poder ganarse la vida.

«Y no sé en qué momento empecé a convencerme de que dentro de mí había todo un mundo por descubrir, de que en efecto yo era único, un genio en ciernes, y de que el destino tenía reservado algo bueno y especial para mí, y esta creencia la sigo sustentando hoy, tantos años después. Es verdad que la vida no me ha dado apenas ocasión de demostrar mi valía, y que mis cualidades innatas todavía no han salido a la luz, y que al final toda mi genialidad se quede en nada, pero yo por ahora me reafirmo en lo mío.» 

    Muy a su pesar, se ve condenado, una vez y otra, a trabajar de peluquero, actividad para la que sí posee un talento innato, pero con la que no se siente realizado.

     La vida negociable me ha parecido una novela extraordinaria, que resulta fácil y agradable de leer. Una novela, con algunos pasajes verdaderamente antológicos, que te atrapa desde la primera página. Magistralmente escrita, con ese estilo inconfundible de Landero. Un estilo que desprende cierto aroma cervantino y que puede considerarse heredero de la tradición oral. En este sentido, el propio autor de Alburquerque ha reconocido la influencia que han tenido sus mayores en el desarrollo de su capacidad como escritor. En especial su abuela Frasca, de la que ha llegado a afirmar que a ella le debe la música de su idioma: “Ella fue la que me enseñó a contar. La música del cuento. Y el ritmo. Era muy buena narradora. Contaba las cosas como las había oído. Además, tenía un lenguaje que venía rebotado a través de generaciones y hablaba como Cervantes o así”.

    En fin… Una gran novela. Absolutamente recomendable.

«El cervantismo de Landero se vuelve a mostrar en esta especie de novela ejemplar».

José María Pozuelo Yvancos. Cultura ABC Cultural

Leer el primer capítulo

SINOPSIS

Hugo Bayo, peluquero de profesión y genio incomprendido, les cuenta a sus clientes la historia de sus muchas andanzas, desde su adolescencia en un barrio de Madrid hasta el momento actual, ya al filo de los cuarenta, en que sigue buscándole un sentido a la vida. Y así, recordará la relación tormentosa y amoral con su madre, el descubrimiento ambiguo de la amistad y del amor, sus varios oficios y proyectos, sus éxitos y sus fracasos, y su inagotable capacidad para reinventarse y para negociar ventajosamente con su pasado, con su conciencia, con su porvenir, en un intento de encontrar un lugar en el mundo que lo reconcilie finalmente consigo mismo y con los demás.

LUIS LANDERO

Landero_bigLuis Landero nació en Alburquerque, Badajoz, un veinticinco de marzo de 1948, en el seno de una familia campesina extremeña, que emigró a Madrid a finales de la década de los cincuenta. A los quince años escribía poemas, al mismo tiempo que trabajaba como mecánico en un taller de coches y chico de recados en una tienda de ultramarinos. Inició y terminó sus estudios en Filología hispánica en la Universidad Complutense, ha enseñado literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y fue profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Se dio a conocer con Juegos de la edad tardía en 1989 (Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa 1990), novela a la que siguieron Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007, XV Premio Arzobispo Juan de San Clemente) y Retrato de un hombre inmaduro (2010), todas ellas publicadas por Tusquets Editores. Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno los nombres esenciales de la narrativa española. Ha escrito además el emotivo ensayo literario Entre líneas: el cuento o la vida (2000), y ha agrupado sus piezas cortas en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004). Absolución, su novela más trepidante, es una delicada historia de amor, una cuenta atrás que no da tregua, y un inspirado relato de aprendizaje y sabiduría a través de un elenco de personajes inolvidables. El balcón en invierno (2014) está basada en hechos y vivencias reales, en la que su autor ha decidido revelarnos la verdadera historia de una parte muy importante de su vida: la de su infancia en una familia de labradores en su Alburquerque natal y la de su adolescencia en un barrio de Madrid. La vida negociable es su última novela.

Su obra sigue entusiasmando a miles de lectores tanto en España como en el extranjero, donde ha sido traducido a numerosas lenguas. Extremadura reconoció su labor con el Premio a la Creación en el apartado de Literatura en el año 2000 y en 2005 se le concedió la medalla de Extremadura.

OTROS FRAGMENTOS DE LA NOVELA 

     «Y no sé cómo, obsesionado con todo aquello, se fue apoderando de mí el ansia del saber, y la angustia de la fugacidad del tiempo. Al atardecer, cada cual se vestía y arreglaba y uno a uno nos dispersábamos por la ciudad hasta el día siguiente. Un día más que se va, pensaba yo entonces, mientras se enfilaba hacia el metro y aprovechaba el trayecto, a casa, para hacer balance de lo que había aprendido en la jornada, y siempre me parecía muy poco. Una limosna apenas, para lo que yo quería y podía llegar a saber, y a ser, si me lo propusiera. Pero los años vuelan, me decía, y cuando quieres darte cuenta habrás dejado de ser joven y empezará a ser tarde para emprender cualquier tarea de mérito. Y qué va a ser entonces de todas esas buenas cualidades ocultas que hay en ti. Qué sabes tú de medicina, de leyes de política, de física, de arte o de filosofía. ¿Qué sabes tú de nada? Todo, todo en el mundo está por descubrir. Pero tu llegarás a viejo tan ignorante como en la niñez y en la negrura de tu ignorancia irá a confundirse con la definitiva de tu tumba. Y esa será la historia de tu vida. Pasó por el mundo sin abrir los ojos a la luz, deberías poner en tu epitafio.»

[…]

«A lo mejor es que me estoy curando del afán, pensé en algún momento, porque esa ha sido siempre mi enfermedad crónica, el deseo inagotable, la fiebre y el ansia del futuro, la ambición de querer excederse a mí mismo, y acaso sea verdad que contra ese mal de juventud no hay mejor medicina que los años. Con los años, uno se acomoda a lo que hay, negocia con uno mismo y con el mundo, porque, como bien decía mi padre, todo en la vida es negociable, ahora comienzo a comprenderlo, ahora que empiezo a vivir en el presente sin otra patria que el presente. Quién sabe, quizá aceptando mi fracaso, es decir, aceptándome, consiga, si no ser feliz, al menos un poco de sosiego y de paz.»

Badajoz, paisajes literarios

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Badajoz, paisajes literarios es un producto turístico, presentado por la Diputación de Badajoz en el marco de la última edición de la Feria Internacional de Turismo (FITUR), que pretende dar valor a los recursos literarios de esta provincia extremeña, destacando las huellas, en sus localidades de origen o vecindad, de la vida y obra de los principales escritores y escritoras de la provincia. El objetivo es complementar la oferta turística con un producto cultural original y de calidad que incremente el atractivo de las localidades y comarcas pacenses.

20170209112105_00004Aunque nace con vocación de ser ampliado, el proyecto comienza con once enclaves y catorce escritores o escritoras. En nueve de estos enclaves gira en torno a la vida y obra completa de esos escritores o escritoras y en los otros dos, alrededor de obras específicas: Arias Montano, en Fregenal de la Sierra; el Siglo de Oro de Nebrija a El alcalde de Zalamea, en Zalamea de la Serena; Meléndez Valdés, en Ribera del Fresno; El romanticismo de Espronceda y Carolina Coronado, en Almendralejo; Felipe Trigo, en Villanueva de la Serena; Luis Chamizo, en Guareña; Santiago Castelo, en Granja de Torrehermosa; Luis Landero, en Alburquerque; Pablo Guerrero, en Esparragosa de Lares; Dulce Chacón, en Zafra, y La tierra que pisamos de Jesús Carrasco, en la blanca villa de Feria.

Badajoz, paisajes literarios no es un proyecto cultural ni literario; es un proyecto turístico que se apoya en recursos culturales y literarios. Y relaciona estos recursos con el resto de recursos naturales y culturales de la provincia, incorporándolos a la oferta turística de Badajoz y de Extremadura.

Cada uno de los enclaves dispone de un folleto local en el que se enumeran y describen los hitos relacionados con la vida y obra del escritor o escritora en cada localidad. La ruta por cada uno de los enclaves se acompaña de señales informativas en los hitos más destacados. Además, hay una guía general con los textos íntegros y un programa-resumen, con una síntesis de los contenidos del proyecto.

Badajoz, paisajes literarios pretende promover el turismo a través de la cultura, por medio de la literatura, tratando de crear una experiencia turística a partir de la vida y obra de las escritoras y de los escritores más relevantes de la historia literaria de esta tierra extremeña, vinculándolas al paisaje urbano de sus localidades de origen.

LA VILLA DE FERIA EN “BADAJOZ, PAISAJES LITERARIOS”

Feria, el lugar de La tierra que pisamos, de Jesús Carrasco

Como ya ocurriera con Intemperie, la primera novela de Carrasco, el mundo rural continúa teniendo enorme presencia en La tierra que pisamos. Sobre este tema, ha señalado su autor, que quería escribir de la tierra donde nació y donde están sus raíces. Carrasco ha aprovechado su última novela para rendir homenaje a sus ancestros. Así, por ejemplo, la trama se desarrolla en el pueblo pacense de su madre: Feria. Aunque el nombre de la localidad pacense no se indique expresamente en el libro, las continuas referencias a topónimos locales de “la blanca villa de Feria”: el Castillo, Casa Mateo, La Corredera, el Huerto de las Guindas, el Rincón de la Cruz, la calle Nueva, etc…, no dejan lugar a dudas. También ha utilizado el apodo de su abuelo materno, José Jaramillo, Leva, para dar nombre a uno de los personajes principales de la historia.

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«No es Jesús Carrasco un novelista de topónimos reconocibles. Ni de fechas. Escribe relatos intemporales y sin referencias espaciales. Fuera del tiempo y del Espacio. Pero hay lugares que no pueden ocultarse. Y su última novela, La tierra que pisamos, está ambientada en Feria, la localidad natal de su familia materna, aunque no aparezca su nombre en ninguna de las páginas. El castillo, las casonas de la calle Nueva, la Corredera, el Mirrio, el pilar de la Cruz, la iglesia, la calle del Duque, el Huerto de las guindas… Recorriendo sus calles y parajes, leemos el libro».

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Quizá, como dicen, en algún momento fuimos uno. No un solo cuerpo, sino un solo ser. Nosotros, los 
árboles,las rocas, el aire, el agua, los utensilios. La tierra. 
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“Sostiene Pereira”, de Antonio Tabucchi

Sostiene Pereira es una novela del escritor italiano Antonio Tabucchi, publicada en 1994. La trama de la misma se desarrolla en la Lisboa de 1938, en plena dictadura de Salazar, con la contienda civil española a la vuelta de la esquina, y con una Europa al borde de la Segunda Guerra Mundial. El protagonista de la novela, Pereira, es un periodista que ha abandonado la crónica de sucesos para dedicarse a dirigir la sección cultural de un modesto periódico de la ciudad: el Lisboa. Pereira lleva una existencia rutinaria y tranquila, marcada por el recuerdo de su mujer, muerta hace algunos años, hasta que entra en contacto con un joven, Monteiro Rossi, y con la novia de éste. La relación que se establece entre ellos hará cambiar para siempre la vida del veterano periodista.

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«No es eso, sostiene haber admitido Pereira, el hecho es que me ha surgido una duda: ¿y si esos dos chicos tuvieran razón? En tal caso, ellos tendrían razón, dijo pacatamente el doctor Cardoso, pero es la Historia quien lo dirá y no usted, señor Pereira. Sí, dijo Pereira, pero si ellos tuvieran razón mi vida no tendría sentido, no tendría sentido haber estudiado Letras en Coimbra y haber creído siempre que la literatura era la cosa más importante del mundo, no tendría sentido que yo dirija la página cultural de ese periódico vespertino en el que no puedo expresar mi opinión y en el que tengo que publicar cuentos del siglo XIX francés, ya nada tendría sentido, y es de eso de lo que siento deseos de arrepentirme, como si yo fuera otra persona y no el Pereira que ha sido siempre periodista, como si tuviera que renegar de algo.»

Sostiene Pereira me ha parecido una novela espléndida. Escrita con un estilo aparentemente sencillo, pero que consigue atrapar al lector desde la primera página. Absolutamente recomendable. 

Como ha dicho el crítico Giorgio Bertone: «Al lector no se le indica frente a qué tribunal “Pereira sostiene”. Pero se comprende perfectamente: es el tribunal de la literatura o, mejor, el tribunal del texto literario».

La novela ha sido llevada a la gran pantalla con el mismo título por Roberto Faenza, con Marcello Mastroianni en el papel principal. También se ha hecho una obra teatral interpretada por Paolo Ferrari.

Tráiler en italiano

Lisboa, 1938. Dictadura de Salazar. Adaptación de la novela homónima del escritor italiano Antonio Tabucchi. En 1938 (anexión de Austria por Alemania), cuando los totalitarismos triunfan en Europa, un periodista que ha trabajado siempre en la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultural de su periódico. Su sentido fúnebre de la cultura chocará con el espíritu vitalista de un joven colaborador. La estrecha relación que mantiene con él desencadena una crisis personal que altera radicalmente la vida del maduro periodista. (FilmaAffinity)

SINOPSIS

Lisboa, 1938. La opresiva dictadura de Salazar, el furor de la guerra civil española llamando a la puerta, al fondo el fascismo italiano. En esta Europa recorrida por el virulento fantasma de los totalitarismos, Pereira, un periodista dedicado durante toda su vida a la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultural de un mediocre periódico, el Lisboa. Pereira tiene un sentido un tanto fúnebre de la cultura: prefiere la literatura del pasado, dedicarse a la elegía de los escritores desaparecidos, preparar necrológicas anticipadas. Necesitado de un colaborador, entra en contacto con un joven, Monteiro Rossi, quien a pesar de haber escrito su tesis acerca de la muerte está inequívocamente comprometido con la vida. Y la intensa relación que se establece entre el viejo periodista, Monteiro y su novia Marta, cristalizará en una crisis personal, una. maduración interior y una dolorosa toma de conciencia que transformará profundamente la vida de Pereira.

En esta nueva novela, Tabucchi ha conseguido crear un inolvidable personaje que sin duda dejará una profunda huella en el lector. Pereira (interpretado por Marcello Mastroianni en la película de Faenza basada en este relato) es un personaje que, página a página, va ganando en complejidad. Pero con la historia de este periodista,Tabucchi nos ofrece también una espléndida historia sobre las razones de nuestro pasado que pueden ser perfectamente las razones de nuestro incierto presente.

«Al final, la literatura puede convertirse en un modo (quizás el único) de combatir y desafiar a la historia. De ofrecer a Pereira (a los muchos Pereiras sepultados por su propia historia y por la historia de su país) una imprevista víade escape, una salvación póstuma y una feliz alternativa»

(Paolo Mauri, La Repubblica).

«Tabucchi está convencido de que ha llegado el momento en que debemos pedir también a la literatura el decir la verdad: no la verdad metafísica y del corazón sino la verdad de los hombres, de su condición histórica, de los peligros que están corriendo, de los asesinatos de los que son autores y víctimas»

(A.Guglielmi, L’Espresso).

LEE UN FRAGMENTO DE LA NOVELA

ANTONIO TABUCCHI

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                       © Carles Mercader

Antonio Tabucchi nació en Pisa, Italia, en 1943. Conocido sobre todo por sus trabajos sobre el escritor portugués Fernando Pessoa, enseñó Lengua y Literatura Portuguesa en la Universidad italiana de Siena, interés que le vino desde su juventud cuando, de viaje por París, encontró el poemario Tabacaria del poeta portugués. Como novelista, alcanzó éxito con Sostiene Pereira, que fue adaptada al cine, al igual que otra de sus obras, Réquiem. Sostiene Pereira obtuvo, además, el Premio Campiello, el Scanno y el Jean Monnet. Fue galardonado asimismo por su novela Notturno Indiano, con el premio francés Médicis étranger; y con el premio español de periodismo Francisco Cerecedo.

Escritor comprometido, consiguió con su novela La cabeza perdida de Damasceno Monteiro (1997) la revisión del caso que aparecía en la obra, resolviendo el asesinato de un ciudadano portugués. Tabucchi también practicó el género epistolar, como demuestra su compendio de cartas sin destinatario: Si sta facendo sempre più tardi (2001). Colaboró con diversos medios de comunicación, entre ellos Corriere de la Sera y el diario El País.

OTROS FRAGMENTOS DE LA NOVELA

      «Pereira se dirigió a su mesa y se sentó frente a su compañero. Silva le preguntó si quería un vaso de vino blanco y él negó con un gesto de la cabeza. Llamó al camarero y pidió una limonada. El vino no me sienta bien, explicó, me lo ha dicho el cardiólogo. Silva pidió una trucha con almendras y Pereira un filete de carne a la Strogonoff, con un huevo escalfado encima. Empezaron a comer en silencio, luego, al cabo de un rato, Pereira preguntó a Silva qué pensaba de todo esto. ¿Qué es todo esto?, preguntó Silva. Pues todo esto, dijo Pereira, lo que está sucediendo en Europa. Oh, no te preocupes, replicó Silva, aquí no estamos en Europa, estamos en Portugal. Pereira sostiene que insistió: Sí, añadió, pero tú lees los periódicos y escuchas la radio, sabes bien lo que está pasando en Alemania y en Italia, son unos fanáticos, quieren ahogar el mundo a sangre y fuego. No te preocupes, respondió Silva, están lejos. De acuerdo, continuó Pereira, pero España no está tan lejos, está a dos pasos, y tú ya sabes lo que está pasando en España, es una carnicería, y sin embargo había un gobierno constitucional, todo por culpa de un general mojigato. España también está lejos, dijo Silva, aquí estamos en Portugal. Será así, dijo Pereira, pero aquí tampoco van bien las cosas, la policía campa por sus respetos, mata a la gente, hay registros, censuras, éste es un estado autoritario, la gente no cuenta para nada, la opinión pública no cuenta para nada. Silva le miró y dejó el tenedor. Escúchame con atención, Pereira, dijo Silva, ¿tú crees aún en la opinión pública?, pues bien, la opinión pública es un truco que han inventado los anglosajones, los ingleses y los americanos, son ellos los que nos están llenando de mierda, perdona la expresión, con esa idea de la opinión pública, nosotros no hemos tenido nunca su sistema político, no tenemos sus tradiciones, no sabemos qué son los trade unions, nosotros somos gente del Sur, Pereira, y obedecemos a quien grita más, a quien manda.» 

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     «El doctor Cardoso sonrió. Vi el retrato de su esposa en la habitación de la clínica, dijo y pensé: Este hombre habla mentalmente con el retrato de su mujer, todavía no ha elaborado el luto, es eso justamente lo que pensé, señor Pereira. En realidad, no hablo mentalmente con él, añadió Pereira, le hablo en voz alta, le cuento todas mis cosas, y es como si el retrato me contestase. Son fantasías dictadas por su superego, dijo el doctor Cardoso, tendría que hablar con alguien de todas estas cosas. Pero no tengo a nadie con quien hablar, confesó Pereira, estoy solo, tengo un amigo que es profesor de la Universidad de Coimbra, fui a encontrarme con él a las termas de Buçaco y me marché al día siguiente porque no lo soportaba, los profesores de universidad están todos a favor de la actual situación política y él no es una excepción, y está también mi director, pero participa en todos los actos oficiales con el brazo tendido como una jabalina, imagínese si puedo hablar con él, y después está la portera de la redacción, Celeste, es una confidente de la policía, y ahora me hace de centralita, y estaría además Monteiro Rossi, pero se halla en la clandestinidad. ¿Monteiro Rossi es el chico al que ha conocido?, preguntó el doctor Cardoso. Es mi ayudante, respondió Pereira, el joven que me escribe los artículos que no puedo publicar. Pues búsquelo, replicó el doctor Cardoso, como ya le he dicho antes, búsquelo, señor Pereira, él es joven, es el futuro, usted necesita tratar con un joven, aunque escriba artículos que no pueden publicarse en su periódico, deje ya de frecuentar el pasado, frecuente el futuro. ¡Qué expresión más hermosa!, dijo Pereira, frecuentar el futuro, qué expresión más hermosa, no se me habría ocurrido nunca.»