«La isla del padre», de Fernando Marías

«Nada hay más importante que abandonarlo todo para estar junto al padre en su instante final.»

Fernando Marías presentó su último libro, La isla del padre, con el que consiguió el Premio Biblioteca Breve 2015, en la pasada Feria del Libro de Badajoz. En una emotiva conferencia, Marías nos habló, al numeroso público asistente a la misma, de su libro; una magnífica novela que es todo un homenaje a su padre recientemente fallecido. Me sorprendió la enorme sinceridad con la que Fernando Marías nos habló de la relación que mantuvo con su progenitor, un marino mercante que recorría los mares del mundo durante largos periodos de tiempo. Todo esto contribuyó a despertar mi interés por el libro y que me animara a leerlo.

portada_la-isla-del-padre_fernando-marias_201505261039La idea de escribir este libro le surgió a Fernando Marías después de que su padre enfermara gravemente. «Ahí se empieza a gestar mi idea de contar mi relación con él y durante los cuatro años de decadencia, hasta su muerte en 2013, fui dejando crecer el libro en mi cabeza. Al día siguiente de su muerte empecé a escribir y surgió, fluyó».

La isla del padre es un libro muy personal. En él, su autor le confiesa a su padre aquellas cosas que no se atrevió a contarle en vida.

«Este libro es para él. De él. Me gustaría que lo leyera. Luego podríamos hablar de todo lo que nunca hablamos. Las preguntas están aquí. Todas. Casi todas. Las respuesta no. Ninguna. Ya jamás estarán.»

Según el propio Fernando Marías, es un libro de memorias pero también es una novela porque incluye elementos de ficción y momentos de reflexión. Es un homenaje al padre pero también es un libro sobre el miedo mutuo que se tenían padre e hijo.

«Trata, dije sin titubear, del miedo mutuo que desde el primer momento nos tuvimos mi padre y yo y de cómo logramos superarlo.»

La isla del padre me ha parecido una gran novela, muy bien escrita y que me ha resultado muy interesante. Totalmente recomendable.

«Entre el remordimiento y la lucidez Fernando Marías ha sido capaz de abordar un itinerario a través de la memoria y de la sombra del padre en busca de su propia identidad»

Jurado del Premio Biblioteca Breve

 

SINOPSIS

Un homenaje al padre. Un viaje a la infancia. Una novela luminosa.

Cuando era pequeño, su padre recorría los mares del mundo durante largos meses. Un día apareció en la puerta de la casa de Bilbao. El niño no lo conocía. «¿Quién es ese hombre?», preguntó. A mitad de camino entre la memoria y la fantasía, este libro surge a la muerte de Leonardo Marías, cuando su hijo Fernando se deja llevar por la escritura como alternativa al duelo y se adentra sin miedo en cada rincón de sí mismo y de su relación con el inalcanzable personaje que es el padre marino a los ojos del niño, del adolescente, del joven que fue y del hombre que es hoy.

Padre e hijo embarcan rumbo al paisaje de la infancia y sus carencias, a la temprana fascinación por la literatura y el cine; un itinerario poblado por piratas y maleantes, por miedos y leyendas, por la presencia de un héroe misterioso que se convierte en referencia vital.

En la libertad con que va desgranando ese viaje, Fernando Marías encuentra el punto de equilibrio entre la nostalgia y la realización, entre el miedo y la certidumbre.

Un homenaje a la literatura y el cine en el que despliega numerosas formas de narrar.

FERNANDO MARÍAS

feria-libro-badajoz-domingo-tarde-71-Fernando Marías nació en Bilbao en 1958. En 1975 se trasladó a Madrid para intentar la aventura de hacer cine. Su obra narrativa incluye La luz prodigiosa (1991, Premio Novela Corta Ciudad de Barbastro), llevada al cine en 2003 con guion del propio Marías, bajo la dirección de Miguel Hermoso; Esta noche moriré (1992); El Niño de los coroneles (2000, Premio Nadal); La mujer de alas grises (2003); Invasor (2004, Premio Dulce Chacón), llevada al cine por Daniel Calparsoro en 2012; El mundo se acaba todos los días (2005, Premio Ateneo de Sevilla) y Todo el amor y casi toda la muerte (2010, Premio Primavera de Novela). En su narrativa juvenil destaca Cielo abajo (2005), que recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Páginas ocultas de la historia (1995) recoge la serie pionera de falsos documentales que escribió junto con Juan Bas para Televisión Española. Es creador e ideólogo de la comunidad de escritores «Hijos de Mary Shelley».

FRAGMENTO DE LA NOVELA

  «Creo que los libros no deben osar dar consejos de vida, aunque sí mostrar puertas entornadas tras las que aguardan preguntas. Pero rompo mi propia regla para decirle a quien esto quiera leer que sé, que ahora sé, que nada hay más importante que abandonarlo todo para estar junto al padre en su instante final. Llegar a tiempo, como por suerte pude hacer, genera la poderosa sensación física de que su aliento último queda adherido a ti para el resto del camino. Lo contrario, lo sospecho, sería una suerte de soledad insólita, un naufragio interior solidificándose, y tal vez un naufragio doble: el tuyo, puede que imperceptible al principio, y el de ese aliento último ya para siempre a la deriva, sin refugio donde haber podido ampararse. Eso sospecho. Eso creo haber aprendido. Eso sé.»

 

 

“Entre líneas”, de Luis Landero

«El escritor debe escribir sobre aquello que conecta con sus inquietudes y experiencias más íntimas.»

Entre líneas: el cuento o la vida es un libro extraordinario que nos habla de la literatura y de la vida. Un libro, mitad ensayo, mitad autobiografía, en el que se mezclan y se confunden a veces reflexiones y apuntes sobre el mundo de la literatura con historias y retazos de carácter biográfico. Y todo ello, utilizando, como elemento de unión, a la figura de Manuel Pérez Aguado (Manolito para los amigos, don Manuel en el estrado) que además de profesor, es lector y escritor. Un personaje que nos recuerda, poderosamente, al propio Landero.

9788483101681

  «La literatura y la vida: he aquí un asunto que todas las generaciones de escritores y artistas, principalmente desde el Romanticismo, se han planteado de un modo exasperado y sin llegar nunca a concluir nada, porque se trata de un conflicto insoluble. Lograr que la literatura y la vida se confundan, lleguen a ser la misma cosa, pueda ser afrontadas con el mismo sentimiento de realidad y de plenitud, que el mundo objetivo y el imaginario formen una sola entidad, que acción y pensamiento se armonicen en un único envite: tal es el sueño imposible que muchos persiguieron y que quizá nadie alcanzó, y cuyo temblor existencial y metafísico llena de tensión, de entusiasmo y de melancolía tantos y tantos libros.» 

Entre líneas: el cuento o la vida es un libro magistralmente escrito. Con ese dominio asombroso de la palabra tan característico de Landero. Un libro cuya lectura resulta una auténtica delicia. Sobre Entre líneas: el cuento o la vida, escribió el profesor Ricardo Senabre: «La obra de Landero es un inteligente juego literario, además de un experimento novelesco a la manera unamuniana que, a la vez, arroja luz sobre el proceso de sus creaciones anteriores.»

SINOPSIS

«De alguien que mima tanto las palabras y reparte imaginación novelesca a raudales como Luis Landero no se podía esperar menos que este delicado, cariñoso y humildemente sentido homenaje a la magia de la ficción.»

Antonio Lozano. Qué Leer

Manuel Pérez Aguado (Manolito para los amigos; en el estrado, don Manuel) es profesor de literatura, y además lector y escritor. La vida de Manuel, que va atisbándose al filo de la obra, es bastante común: nació en un pueblecito en el que sólo dos casas tenían luz eléctrica; hijo de las clases de Historia Sagrada y de un Hollywood legendario, vivió en su infancia la llegada de la Coca-Cola, y fue a estudiar la carrera a la capital, para lo que tuvo que ganarse el pan. Sin embargo, ahora, en nuestros días, se ha convertido en una figura muy peculiar: es alguien-que-sabe. Enamorado de los libros, reflexiona sobre la ficción y la realidad. Amante de la vida, medita sobre su pasado y sobre un presente lleno de contrastes que nos concierne a todos. Landero, con la seductora prosa a la que nos tiene acostumbrados, intercala entre las páginas dedicadas a Manuel Pérez Aguado ideas, apuntes y retazos que hacen de contrapunto y añaden al libro otra voz: una voz que habla en primera persona, que narra otras historias, y que casi, diríase, acaba transformándose en otro personaje.

LUIS LANDERO

Landero_bigLuis Landero nació en Alburquerque, Badajoz, un veinticinco de marzo de 1948, en el seno de una familia campesina extremeña, que emigró a Madrid a finales de la década de los cincuenta. A los quince años escribía poemas, al mismo tiempo que trabajaba como mecánico en un taller de coches y chico de recados en una tienda de ultramarinos. Inició y terminó sus estudios en Filología hispánica en la Universidad Complutense, ha enseñado literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y fue profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Se dio a conocer con Juegos de la edad tardía en 1989 (Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa 1990), novela a la que siguieron Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007, XV Premio Arzobispo Juan de San Clemente) y Retrato de un hombre inmaduro (2010), todas ellas publicadas por Tusquets Editores. Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno los nombres esenciales de la narrativa española. Ha escrito además el emotivo ensayo literario Entre líneas: el cuento o la vida (2000), y ha agrupado sus piezas cortas en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004). Absolución, su novela más trepidante, es una delicada historia de amor, una cuenta atrás que no da tregua, y un inspirado relato de aprendizaje y sabiduría a través de un elenco de personajes inolvidables.  El balcón en invierno (2014) está basada en hechos y vivencias reales, en la que su autor ha decidido revelarnos la verdadera historia de una parte muy importante de su vida: la de su infancia en una familia de labradores en su Alburquerque natal y la de su adolescencia en un barrio de Madrid. La vida negociable es su última novela.

Su obra sigue entusiasmando a miles de lectores tanto en España como en el extranjero, donde ha sido traducido a numerosas lenguas. Extremadura reconoció su labor con el Premio a la Creación en el apartado de Literatura en el año 2000 y en 2005 se le concedió la medalla de Extremadura.

FRAGMENTO DE LA NOVELA

   «Manuel Pérez Aguado ha dibujado en la pizarra dos viñetas para ilustrar lo que va a ser su primera clase de literatura. En la viñeta A se ve un corral donde hay un árbol frondoso. Claro que, en realidad, es un arbusto […] El árbol, o el arbusto, tiene un nombre precioso: evónimo, y también se llama bonetero de Japón.  Debajo del evónimo hay un niño y una vieja sentados en sillitas de paja. La vieja es menuda y de lutos muy limpios. En su nitidez milimétrica, parece como descrita por Azorín, y así le hubiera gustado a Manuel Pérez sacarla en el dibujo, porque así es como la vieja, que es su abuela y se llama Francisca, pervive en el recuerdo. El niño es el propio Manuel con seis o siete años. Hay también algunos pájaros cantores, y al fondo se ve un campanario con un reloj. La escena ocurre hacia 1955 en un pueblo de Extremadura que tiene también un nombre muy lucido: Alburquerque.
   Pero lo que importa al caso es que la vieja le está contando un cuento al niño. La historia trata de un pescador que un día naufraga, baja al fondo del mar, se casa allí con una princesa y, durante un año, vive feliz en aquel reino submarino.»
    […]
Dibujo de Javier Fernández de Molina. Entre líneas, Del Oeste Ediciones, 1996

Dibujo de Javier Fernández de Molina.  Entre líneas, Del Oeste Ediciones, 1996

  «El profesor, hoy, empieza a tener algo de figura de época. Es uno de los últimos nexos que unen a la sociedad con la tradición. Y, sin embargo, pocas cosas hay tan necesarias hoy como enseñar historia, filosofía o literatura. Se ellas no consiguen civilizar a este mono que parece no acostumbrarse a vivir sin el rabo, nadie sabe qué otra cosa podría salvarlo. Particularmente, Manuel espera que no sean ni los dioses ni los caudillos. Porque de los lectores, de los profesores y de los escritores depende, aunque sólo sea remotamente, que a las generaciones futuras no las devoren las sirenas de la barbarie y del olvido. No otra cosa es lo que consiguió aquella viejecita que, debajo de evónimo, un día le contó a un niño el cuento del pescador. Anónima la narradora, anónimo el cuento, anónimo el oyente. Anónimo también el profesor. Anónimos todos y finalmente todos necesarios.
    El cuento o la vida: hoy más que nunca la escuela está bajo el signo fatal de Scherezade.»