“La mediadora”, de Jesús Sánchez Adalid

Jesús Sánchez Adalid, conocido como escritor de novela histórica, nos sorprende ahora con esta novela en la que aborda un tema de total actualidad.

En La mediadora, el autor de Y de repente, Teresa nos cuenta la historia de Mavi y Agustín, un matrimonio que, tras la celebración de sus bodas de plata, inicia un complicado proceso de separación. En esta compleja situación, aparece Marga, abogada y amiga de la pareja, que va a actuar como mediadora familiar, una figura poco conocida en nuestro sistema jurídico que trata de resolver los conflictos de forma pacífica.

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  «También yo he desarrollado una metáfora propia sobre el trabajo del abogado mediador. Porque, ciertamente, a mí no me gusta demasiado llamarlo profesión a secas, aunque lo es, y sobre eso no me cabe la menor duda; pero se trata de una profesión especial, nueva y a la vez vieja como el mundo. Es la vocación propia del que ayuda a buscar, a hallar, a poner paz, a devolver cada cosa a su sitio, a reconciliar, sanar y hacer que la vida siga, porque no se acaba el mundo, porque siempre hay una posibilidad…»

La novela ha sigo la ganadora del Premio Abogados de novela 2015. El jurado ha señalado que se trata de una novela con personajes bien definidos, diálogos muy vivos de lectura sencilla y un tema muy actual no exento de polémica.

Jesús Sánchez Adalid ha comentado que este premio le ha permitido dar un salto en su carrera de escritor, con una novela contemporánea y de valores. Una novela, afirma su autor, que durante dos años ejerció como juez, en la que “hay algo biográfico, si bien no tanto de mi vida personal, si de la de muchos conocidos”.

La mediadora es, ha manifestado su autor, “una novela que identifica todo un tiempo que nos ha tocado vivir, novedoso y ciertamente desconcertante. Pero es nuestro tiempo.”

Nos encontramos ante una nueva novela de una temática totalmente distinta a la que, hasta ahora, Sánchez Adalid nos tenía acostumbrados. Una novela contemporánea, muy entretenida y fácil de leer.

«Para mí, escribir novelas supone crear un universo paralelo. Creo que cuando uno escribe, inevitablemente, deja un mensaje. Porque en torno a nuestra vida real suceden cosas, cosas que ignorándolas solo demostramos nuestra impotencia por no poder explicarlas ni darles sentido, pero que suceden… Y es bien cierto que todas las novelas son autobiográficas al final. No porque el autor cuente en ellas lo que le ha ocurrido en su propia vida, sino porque la propia experiencia es la materia prima de lo que escribe […] Todas las novelas nacen de una insatisfacción con nuestro propio mundo, y al final queremos que las cosas funcionen. Y empezamos a imaginar…
  En este relato se entrelazan muchas experiencias y casos reales, en el juego de ficción y realidad que permite la novela.»

Nota del autor

SINOPSIS

Sólo aceptando nuestra realidad podremos cambiar nuestro destino

Es muy probable que la historia que se cuenta en esta novela, la de Mavi y Agustín, nos toque muy de cerca. Su divorcio engrosa esa estadística que dice que España es el quinto país del mundo por número de rupturas matrimoniales.

El relato del desamor de esta pareja resultará tan familiar que incluso en algún momento nos parecerá haberlo vivido personalmente: es la vida misma, con su carga de incertidumbre, desconcierto y hasta fracaso. Pero también el misterioso juego de las oportunidades; la esperanza en que algunos desastres no tienen por que acabar necesariamente mal.

Esta es la historia de toda una generación que tal vez no estaba preparada del todo para los grandes cambios que iban a afectar a sus relaciones, a sus existencias y a sus más íntimos afectos; un retrato penetrante e intuitivo sobre la libertad en el mundo familiar y social que nos ha tocado vivir.

Por mucho que la suya sea una historia común, repetida miles de veces, tampoco en su caso, como en el de nadie, la estadística les había preparado para la sensación de fracaso, el rencor y la incertidumbre que acompañaron a su ruptura. ¿Cómo es posible, se preguntan, nos preguntamos todos, que dos personas que han compartido tanto –hijos, techo, ilusiones y sinsabores– hayan roto sus puentes de una manera aparentemente irreparable?

«He procurado escapar de la moralina y añadir de manera natural los ingredientes necesarios para una novela contemporánea, sin convertirla en una novela de autoayuda». Sánchez Adalid

JESÚS SÁNCHEZ ADALID

vivirextremadura.es Jesús Sánchez Adalid

                                                  vivirextremadura.es

Jesús Sánchez Adalid (1962) nació en Villanueva de la Serena (Badajoz). Se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura y realizó los cursos de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ejerció de juez durante dos años, tras los cuales estudió Filosofía y Teología. Además, es licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca. Es profesor de Ética en el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo.

Su amplia obra literaria ha conectado con multitud de lectores, gracias a la veracidad de sus argumentos y a la originalidad de sus descripciones, sustentadas en una profunda documentación. Sus novelas constituyen una permanente reflexión acerca de las relaciones humanas, la libertad individual, el amor, el poder y la búsqueda de la verdad.

La obra de Sánchez Adalid se ha convertido en un símbolo de acuerdo y armonía entre los pueblos, religiones y razas, algo especialmente necesario en un mundo desgarrado por la intolerancia y el fanatismo.

Ha publicado con gran éxito La luz del Oriente, El morázabe, Félix de Lusitania, La tierra sin mal, El cautivo, La Sublime Puerta, El caballero de Alcántara, Los milagros del vino, Galeón, El camino morázabe, Treinta doblones de oro y, últimamente, Y de repente, Teresa. Es también autor de Tras los pasos del abate viajero, una obra de encargo institucional que fue presentada en 2014.

En 2007 ganó el premio Fernando Lara por su novela El alma de la ciudad; en 2012 el premio Alfonso X el Sabio de Novela Histórica por Alcazaba; en 2013 el premio Internacional de Novela Histórica de Zaragoza por el conjunto de sus obra; el premio Diálogo de Culturas y el premio Hispanidad. En 2014 su novela Treinta doblones de oro recibió el premio Troa Libros con Valores.

En Extremadura ha sido distinguido con la Medalla de Extremadura y el premio Extremeños de Hoy.

Sánchez Adalid ha colaborado en Radio Nacional, en el diario Hoy y en revistas Historia National Geografic y Vida nueva. Actualmente colabora con Canal Historia (The History Channel), Volcán Producciones y Zebra Producciones.

FRAGMENTOS DE LA NOVELA

    «–No nos cansamos de repetir que la mediación es un mecanismo alternativo de resolución pacífica de conflictos, no algo que venga a suplantar al sistema judicial… –dice con tono vehemente–. ¡Nadie debe pensar eso! Cierto es que se trata de algo bastante novedoso en España… Y tal vez por eso, como suele ser habitual en nuestro país con todo lo que es nuevo, se ha creado en torno a la mediación un cierto revuelo, una cierta confusión… y hasta un recelo. Pero esta herramienta de gestión de conflictos, a pesar de ello, se abre camino con fuerza en nuestro sistema jurídico. »
       […]
    «Cualquiera que estuviera viendo desde lejos a aquel pescador, allí, en soledad, con la única compañía de la solitaria encina que le da sombra, tal vez pudiera imaginar que una tranquilidad y una desbordante alegría colmaban su alma, por tener la suerte de contemplar, como nunca antes quizás lo había descubierto, el fulgor plateado del agua, el cielo, las orillas, las sombras…, y que quizás se elevaba hacia la existencia de algo superior, eterno y venerable, sabiéndose inmortal, que nunca moriría… y quien le viera, si pensara eso, se equivocaría, porque Agustín, pescando solo al borde del pequeño embalse, no siente otra cosa que eso: pura soledad.»

Jesús Carrasco encuentra al niño de «Intemperie»

  «Me piden que hable sobre mi vivencia de este año con Intemperiecarrasco_intemperie, mi primera novela, publicada por Seix Barral en enero pasado. Como no sé por dónde empezar, contaré sólo una anécdota que ejemplifica parte de lo mucho que he experimentado y sentido a lo largo de estos meses. Hace unas semanas, tras la clausura de las Jornadas de Bibliotecas de Extremadura, un hombre vino a verme y me dijo que él era el niño de Intemperie. Tuve que mirarlo a los ojos para comprender lo que quería decirme. Tenía una mirada profunda y apesadumbrada. Charlar con él me confirmó lo que intuía en sus ojos: que había sufrido, que se había rozado con la vida, que tenía cicatrices por todas partes. Me confesó que el libro le había dolido pero que también lo había sanado. Yo no sé muy bien por qué escribo, pero ese encuentro me ayudó a comprender dónde reside el poder de la literatura y, más ampliamente, de la palabra. Antes de comenzar una novela, sabemos que lo que vamos a encontrar es un artefacto. Un montón de palabras sobre un papel en blanco. Sin embargo, durante la lectura, suspendemos aquellas categorías que nos sirven para habitar el mundo y, por unas horas, nos desplazamos por un territorio que es, a lo sumo, sólo una imagen de la vida. ¿Por qué entonces a ese hombre le dolía una mera representación de lo real? La respuesta a esa pregunta bien vale un oficio y, para mí, condensa lo vivido en un año entero.»

Jesús Carrasco. El País. 18 de diciembre de 2013

Carrasco y Rosa Lencero en la conferencia de clausura  Un momento de  Carrasco y Rosa Lencero en la conferencia de clausura  de las Jornadas.  Clic para acceder al vídeo