“Lila y Flag”, de John Berger

Lila y Flag”, de John Berger

En 1990, el escritor, crítico de arte, pintor y guionista de cine y de televisión John Berger publicaba Lila y Flag (Lilac and Flag), el tercer volumen de su conocida trilogía De sus fatigas (Into Their Labours), que se había iniciado con Puerca tierra, en 1987, y a la que seguiría Una vez en Europa (1987).

A mediados de los años setenta, Berger tomó la decisión de dejar Londres e instalarse en los Alpes franceses, en un pueblecito campesino llamado Quincy, cerca de la frontera suiza. Berger participó del modo de vida de los habitantes del pueblo y llegó incluso a hacerse campesino. Fruto de estas experiencias y del contacto con los vecinos del lugar surgió De sus fatigas, que le llevó un trabajo de quince años. En ella aborda la extinción de la cultura campesina y la emigración de los habitantes del medio rural a las grandes ciudades.

«Otros se fatigaron
 y vosotros os aprovecháis de sus fatigas».
 San Juan 4,39

A diferencia de los dos primeros volúmenes de la trilogía, formados por una colección de cuentos, Lila y Flag es una novela. Una novela sobre el amor y el perdón. En ella Berger nos acerca a la forma de vida de los campesinos que abandonaron sus pueblos para establecerse en la ciudad. Acompañamos a éstos y a sus hijos intentando adaptarse a una forma de vida a la que parece que han llegado demasiado tarde para gozar de sus ventajas, pero justo a tiempo para sufrir la marginación y el desarraigo.

        «De niño cantaba en el coro del pueblo. Me gustaba la voz de Clement. Cuando cantaba en público cerraba los ojos porque le intimidaba que lo miraran. Solía cantar de pie, con los brazos pegados al cuerpo, muy tieso, pero expresivo. Como una figura tallada en madera. La misma fuerza, la misma energía y el mismo sufrimiento. Clement emigró a Troy a los diecisiete años. Lo recuerdo como si fuera ayer. Su hermano mayor, Albert, que ya estaba trabajando de portero en una sala de subastas de la ciudad, le había encontrado un empleo. Por desgracia, no le duró mucho. Un día, unos minutos antes de que diera comienzo una gran subasta, uno de los jefes descubrió a Clement dormido en una cama con dosel del siglo XVII por la que esperaban que se pujara hasta quince millones. Como es natural, lo despidieron en ese mismo momento. Unos meses después encontró trabajo abriendo ostras, y esto es lo que hizo durante el resto de su vida. En el verano cargaba pescado en camiones y trenes refrigeradores. A veces cantaba mientras trabajaba.

La verde ladera
mis corderos pastaban 
Tra la la, la la la, la.
Para no estar triste
una canción cantaba
¡Eh, oh! ¡Eh, oh!
el eco contestaba.» 

Con un lenguaje claro y lleno de sensibilidad, Berger nos traslada su preocupación por la destrucción del mundo rural y la deshumanización de la vida moderna. Muy recomendable.

 «Conmovedora de un modo casi insoportable.» Anthony Burgess

Leer un fragmento del libro

SINOPSIS

Lila y Flag es la tercera entrega de la trilogía De sus fatigas. Es una obra de gran ambición, centrada en las consecuencias que para la sociedad europea ha tenido el advenimiento de la prosperidad: bajo el esplendor se esconde la tristeza del campesino desterrado a la ciudad y arrancado de su ambiente más feliz. En Lila y Flag, relato de muerte y perdón, auténtica odisea moderna, se condensan todas las cualidades que componen el estilo de Berger: su obsesión por la claridad en le lenguaje, su modo peculiar de entender el marxismo y su extraordinaria sensibilidad para la luz y el color.

   «Extraordinaria… Como los grandes novelistas, Berger guía a sus personajes y a sus lectores con ternura y un humor muy íntimo.»
Michael Ondaatje

JOHN BERGER

John Berger (Londres, 1926-París, 2017) se formó como pintor en la Central School of Arts. Además de un gran escritor -con G. obtuvo en 1972 el Premio Booker-, ha sido uno de los pensadores más influyentes de los últimos años. Autor de novelas, ensayos, obras de teatro, películas, colaboraciones fotográficas y performances, ninguna manifestación artística ha escapado a su talento. Sus ensayos y artículos revolucionaron la manera de entender las Bellas Artes, y su compromiso con el campesinado europeo en la trilogía De sus fatigas, compuesta por Puerca tierra, Una vez en Europa y Lila y Flag, es ya un modelo de empatía y lucidez. Alfaguara también ha publicado Hacia la boda, Un pintor de hoy, Aquí nos vemos, Fotocopias, King, Un hombre afortunado, De A para X, Con la esperanza entre los dientes, El cuaderno de Bento y su monumental ensayo Fama y soledad de Picasso. En 1962 abandonó su residencia en Inglaterra para instalarse en un pequeño pueblo de los Alpes franceses. Rondó para Beverly es su último libro, escrito tras la muerte de su mujer.

   «Fue el Leonard Cohen de otra clase de rotunda melancolía: la de la tristeza (social, íntima) que provoca el auténtico saber en mitad de la sociedad capitalista de fauces abiertas y hambre incansable… Era un activista, su literatura viene de ahí, del compromiso a la manera de Albert Camus, de la protesta, de la obsesión con el poder y sus lepras.» Diego Medrano, El Comercio

OTROS FRAGMENTOS DEL LIBRO

     «Nacemos fuera de la ley y hagamos lo que hagamos vamos contra ella, dijo Naisi. Ellos nacen del lado de la ley y hagan lo que hagan siempre están protegidos. Si tienes que golpear sin matar, golpea a quienes te quieren, no a ellos. Lo que cuenta para ellos no cuenta para nosotros. Mira, las manzanas, por ejemplo. Ellos se comen una manzana para estar sanos. Nosotros nos comemos una manzana porque alguno la ha robado. Y los coches. Ellos van en coche a sus citas. Nosotros nos subimos a un coche para huir. ¡Y qué me dices de construir una casa! Ellos construyen para invertir su dinero y dejárselo a sus hijos. Nosotros construimos para tener un techo. Joder! ¡Ellos joden para tener niños! Naisi se quitó la máscara y la tiró al suelo. ¡Yo jodo para morir! ¿Y tú?»
    […]
     «¿Es verdad?, preguntó Sugus cerrando los ojos, ¿es verdad que hay gente en el pueblo que vive tan alto en la montaña, tan alejada, que cuando susurra algo, el eco de las rocas se lo repite?
     Hay sitios así.
    Sugus columpió las piernas en el aire como si fuera a caminar por el techo, se levantó de un brinco y se quedó de pie en el suelo de cemento.
     ¿Por qué no nos volvemos al pueblo los tres, mamá?
     ¿Qué tres?
    Tú, Zsuzsa y yo. Padre siempre contaba que había una casa de madera en la montaña y un bosque de pinos que todavía nos pertenecía. Podríamos vivir allí. Yo cortaría árboles; tú tendrías gallinas, y Zsuzsa recogería setas y las vendería al otro lado de la frontera, como aquella mujer de la que hablaba padre, ¿cómo se llamaba?
    ¿Por qué estoy llorando?, se preguntó Wislawa.
    Cultivaríamos nuestras verduras, dijo Sugus. En invierno yo podría trabajar en los remontes de esquí, y en verano cortaría leña.
    No es como tú te crees. No puede ser, hijo, no puede ser.»