«¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?: Blade Runner”, de Philip K. Dick

«Al recordarlo, se preguntó si Mozart habría tenido la intuición de que el futuro no existía, de que ya
 había  utilizado todo su breve tiempo.»

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Androids Dream of Electric Sheep?) es una novela de ciencia ficción distópica publicada en 1968 por el escritor estadounidense Philip K. Dick.

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El concepto de distopía proviene de la cultura anglosajona. Se basa en el término utopía acuñada por Tomás Moro como ou-topía (“no-lugar”), es decir, “lugar que no existe”, normalmente descrito en términos de una sociedad perfecta o ideal. De ahí, entonces, se deriva distopía como una “utopía negativa”, donde la realidad transcurre en términos antitéticos a los de una sociedad ideal. Comúnmente, la diferencia entre utopía y distopía depende del punto de vista del autor de la obra o, en algunos casos, de la percepción del propio lector, que juzgue el contexto descrito como deseable o indeseable.

La novela, que fue adaptada libremente por Ridley Scott en su película Blade Runner de 1982, está considerada como una de las mejores novelas de Philip K. Dick y es la más leída de todas ellas. La novela nos introduce en una alucinante pesadilla tecnológica, cuyo tema principal es el impreciso límite entre lo natural y lo artificial. La Tierra está prácticamente desierta desde que los seres humanos han emigrado a la nueva colonia en Marte después de la Guerra Mundial Definitiva. La mayoría de los animales se han extinguido por efecto del polvo radiactivo. Los pocos humanos que aún quedan en nuestro planeta buscan poseer carísimos animales; a través de ellos sienten la empatía que los diferencia de los androides. Debido a la escasez de animales, éstos son enormemente caros y muy difíciles de adquirir, por lo que abundan las falsificaciones.

En este mundo devastado, lleno de restos tecnológicos y bloques de apartamento vacíos, Rick Deckard es un cazador mercenario cuya tarea consiste en retirar de la circulación a los androides rebeldes, profesión que es causa también de no pocos problemas con su esposa. Sin embargo, los nuevos Nexus-6 son androides con características especiales, casi humanos, lo que dificulta notablemente su labor y puede llevarle a enfrentarse a problemas que es incapaz de imaginar siquiera. Deckard sueña con poseer un animal, pero no puede permitírselo económicamente y finge cuidar de una oveja auténtica cuando en realidad es solo un ejemplar eléctrico.

Tráiler de la película dirigida por Ridley Scott

A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron desterrados de la Tierra. Brigadas especiales de policía, los Blade Runners, tenían órdenes de matar a todos los que no hubieran acatado la condena. Pero a esto no se le llamaba ejecución, se le llamaba «retiro». Tras un grave incidente, el ex Blade Runner Rick Deckard es llamado de nuevo al servicio para encontrar y «retirar» a unos replicantes rebeldes. (FilmAffinity)

SINOPSIS

Tras la guerra nuclear que ha acabado con casi toda la vida animal del planeta, la Tierra ha quedado desolada y sometida bajo una gran nube de polvo radiactivo. La gente ha emigrado a otros planetas del sistema, especialmente a la colonia de Marte, y se ha llevado consigo a androides que los asisten. Algunos de éstos han escapado de la servidumbre y han vuelto ilegalmente a la Tierra. Y Rick Deckard, cazarrecompensas, es uno de los encargados de acabar con ellos.

Los androides Nexus-6, los más avanzados, son casi humanos. La única manera de detectar su identidad artificial es un test que pone al descubierto su carencia de empatía. Pero ¿es justo acabar con los humanoides sólo por el hecho de serlo? ¿Cuál es el límite entre la vida artificial y la natural?

Esta novela, que inspiró la película de culto de Ridley Scott, protagonizada por Harrison Ford, continúa siendo un referente y una vigente crítica a la sociedad actual, donde el hombre está cada vez más mecanizado y las máquinas, cada vez más humanizadas.

«Si alguien fuera a escribir una historia del futuro tal como lo ha soñado Hollywood durante años, el capítulo del día de mañana pertenecería, en gran parte, a Philip K. Dick.» The Washington Post

PHILIP K. DICK

000019260_1_dick_philip_k_200_201509290112Autor estadounidense, Philip K. Dick estudió algunos años en la Universidad de Berkeley, aunque tras cursar varias asignaturas no llegó a licenciarse. Allí fue donde Dick se aficionó a la música y la radio, descubriendo el ambiente contracultural americano, en aquellos años dominado por el movimiento beat, escribiendo sus primeros relatos.

De hecho, Dick es muy conocido por su maestría dentro del campo del relato de ciencia ficción, donde plasmó gran parte de sus inquietudes y obsesiones. Además, fue autor de varias novelas de gran importancia dentro del género en los años 70, como Sueñan los androides con ovejas eléctricas -que fue llevada al cine con el título de Blade Runner-, Una mirada a la oscuridad, Paycheck, Ubik o Fluyan mis lágrimas dijo el policía.

Pese al premio Hugo de 1963, Dick fue considerado en vida como un autor de culto y poco conocido para el gran público. Sus obras no le permitieron una independencia económica solvente pese a los más de 120 relatos que llegó a publicar. Contó con el apoyo y reconocimiento de la mayoría de autores de género de ciencia ficción de su época. Hoy en día es considerado como uno de los escritores del siglo XX más adaptados al cine y la televisión, con recientes estrenos como El hombre en el castillo, serie producida por Amazon en 2015.

La última parte de su obra escrita estuvo muy influida por una serie de visiones que, unidos a ciertos problemas psicológicos, le hicieron creer que estaba en contacto con una entidad divina a la que llamó SIVAINVI -VALIS-. En sus últimos años, Dick mostró síntomas de una paranoia aguda, obsesión que se ve también reflejada en obras como Una mirada a la oscuridad.

Philip K. Dick murió el 2 de marzo de 1982 en Santa Ana.

FRAGMENTOS DE LA NOVELA

    Después de un desayuno apresurado, pues había perdido mucho tiempo discutiendo con su esposa, Rick se vistió para salir al exterior Después de un desayuno apresurado, pues había perdido mucho tiempo discutiendo con su esposa, Rick se vistió para salir al exterior, incluido el modelo Ajax de la bragueta de plomo Mountibank, y subió a la azotea cubierta de hierba donde «pastaba» la oveja eléctrica. Donde ella, sofisticada pieza de ingeniería que era, mordisqueaba algo, con simulada satisfacción, engañando al resto de los inquilinos del edificio.
   Estaba seguro de que algunos de los animales de sus vecinos también eran falsificaciones hechas de circuitos eléctricos, pero nunca había indagado en ello, igual que sus vecinos tampoco habían metido la nariz en lo de su oveja. Nada habría sido menos cortés. Preguntar «¿esa oveja es auténtica?» hubiese sido peor muestra de mala educación que inquirir si la dentadura, o el pelo o los órganos internos de alguien eran auténticos.
    —Un robot humanoide es como cualquier otra máquina. En un abrir y cerrar de ojos puede fluctuar entre suponer un beneficio y convertirse en un peligro. En el primer caso no es nuestro problema.
    —Pero en el segundo… Ahí es donde entran ustedes —dijo Rachael Rosen—. ¿Es cierto, señor Deckard, que es usted un cazarrecompensas?
    Rick se encogió de hombros, pero asintió a regañadientes.
   —No tiene dificultades a la hora de considerar a un androide como algo inerte —dijo la joven—. Así puede «retirarlo», como lo llaman por ahí.

 

[…]
    —¿Irás ahora a la cama? ¿Si marco en el climatizador el estado 670?
   —¿De qué va?
   —Un merecido descanso.
   Se puso en pie, dolorido, confundido y con media cara insensible, como si una legión de batallas se hubiesen librado en ella a lo largo de los años. Entonces, poco a poco, avanzó por el camino que lo llevaba a su dormitorio.
   —De acuerdo —dijo—. Un merecido descanso. —Se tumbó en la cama, levantando una nube de polvo sobre la sábana blanca.
   No sería necesario poner en marcha el climatizador del ánimo, comprendió Iran cuando apretó el botón que oscurecía las ventanas del dormitorio. La luz grisácea del día desapareció.
     Tumbado en la cama, Rick se quedó dormido en un abrir y cerrar de ojos.
    Ella siguió allí un rato, sin apartar la vista de él para asegurarse de que no se despertaría, de que no se incorporaría como activado por un resorte, temeroso, como hacía algunas noches. Entonces regresó a la cocina y tomó asiento a la mesa.

 

FUENTES

  • Wikipedia
  • Blade Runner
  • Lecturalia