«Los dos árabes»

(Dichos de nuestros mayores)

Peregrinos a La Meca
a la par iban dos árabes
y los perros al camino
les salían a ladrarles.

Mas, sin hacer caso, el uno,
prosiguió siempre adelante,
pero airado el otro, piedras,
no cesaba de tirarles.

De La Meca, al año justo
regresaba el caminante
y halló al otro, todavía,
enredado con los canes.

Pero, imbécil, ¿no comprendes
que hasta el final de su viaje
nunca llega el que hace caso
de los perros que le ladren?

Los dos árabes1

 

«Cuando un perro forastero»

(Dichos de nuestros mayores)

Cuando un perro forastero
pasa por otro lugar,
los perros del arrabal
le van oliendo el trasero.
Él se muestra placentero
con su semblante mohíno,
alza la pata y se mea
y sigue por su camino
perros

 

«Yo soy el que se comió»

(Dichos de nuestros mayores)

Yo soy el que se comió 
ciento cincuenta carneros,
cien vacas con su vaquero,
cincuenta cabras parías,
y de postre, cien sandías,
ciento cincuenta millares de nueces.
 
Lo repartí entre dos veces,
en la ciudad de Campando,
y allí estuve cagando
ciento cincuenta y tres meses.

rabelais2--644x362