“El hereje”, la última novela de Miguel Delibes

Una obra maestra de la novela española.

el-hereje-9788423339570El hereje, publicada en 1998, es la última novela de Miguel Delibes. El escritor vallisoletano la dedica «A Valladolid, mi ciudad». De ella, dijo su autor que es “la más densa, compleja, más adecuadamente habitada, con un movimiento de personajes tan vivo y auténtico, y descrito con una prosa tan castellana, que puesto en el trance de elegir la mejor novela mía me quedaría con ésta”. El hereje llegó a convertirse en todo un fenómeno de ventas. Delibes obtuvo, con esta novela histórica, uno de sus mayores éxitos.

Andrés Trapiello en el Prólogo de Obras completas, IV de Miguel Delibes escribió, lo que sigue, sobre esta magnífica novela: «Nos hallamos desde luego ante una de las novelas más complejas de su autor, no tanto por el esfuerzo documental que se ha visto obligado a llevar a cabo en el plano léxico, histórico y sociológico, sino porque, narrando la vida de alguien tan alejado de nosotros en el tiempo y en las preocupaciones religiosas y morales, Delibes parece estar ocupándose una vez más de quien, en un medio hostil, ha de sobrevivir. […]

El fondo lo forma, como un gran telón corrido, la España de la intransigencia que dirime su fanatismo a través de cuestiones que hoy nos parecen pueriles,…»

SINOPSIS

En 1517, Martín Lutero fijó sus noventa y cinco tesis contra las indulgencias en la puerta de la iglesia de Wittenberg, hecho que desencadenaría el cisma de la Iglesia Romana de Occidente y la Reforma protestante. Ese mismo año nació en la villa de Valladolid el hijo de don Bernardo Salcedo y doña Catalina Bustamante, bautizado como Cipriano. En tiempos de convulsiones políticas y religiosas, esa coincidencia de fechas marcaría fatalmente su destino.

Huérfano desde su nacimiento y falto del amor del padre, Cipriano contó, sin embargo, con el afecto de su nodriza Minervina, una relación que le sería arrebatada y que le perseguiría el resto de su vida. Convertido en próspero comerciante, se puso en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península. Pero la difusión de ese movimiento fue progresivamente censurada por el Santo Oficio. El hereje es ante todo una indagación en las relaciones humanas en toda su complejidad; un canto apasionado a la tolerancia y la libertad de conciencia. Es también la historia de unos hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y con el mundo que les tocó vivir.

MIGUEL DELIBES

miguel_delibes2_0Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Entre su vasta obra narrativa destacan Mi idolatrado hijo Sisí, El camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje. Fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica (1962), el Premio Nacional de las Letras (1991) y el Premio Cervantes de Literatura (1993). Desde 1973 era miembro de la Real Academia Española.

  • Más sobre Delibes y su obra en Fundación Miguel Delibes

FRAGMENTO DE LA NOVELA

   «–En el año 30, diez grandes cubas con libros llegaron al puerto de Valencia en tres galeazas venecianas. Fueron interceptadas y el descubrimiento puso en guardia al Santo Oficio. Lo más acre de Lutero, todo lo escrito en Wartburg, en docenas de ejemplares, estaba allí. La Inquisición montó un verdadero auto de fe. Los capitanes de las galeazas fueron apresados y en la plaza de la ciudad ardieron cientos de libros en una pira gigantesca, entre el griterío y el entusiasmo del pueblo analfabeto. Al Santo Oficio siempre le atrajeron los grandes alijos para montar con ellos un espectáculo popular. […]
   –Las quemas de libros han sido en España pasatiempos habituales –dijo al fin–. De la quema de Salamanca todavía se está hablando. La ciudad más culta del mundo quemando los vehículos de la cultura; no deja de ser un contrasentido. […]
   –La afición a la lectura ha llegado a ser tan sospechosa que el analfabetismo se hace deseable y honroso. Siendo analfabeto es fácil demostrar que uno está incontaminado y pertenece a esa envidiable casta de los cristianos viejos.»