Feria ayer. II

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        “Vista de la calle Fontanilla”, Feria, [19–]

Esta fotografía, de una calle de la villa de Feria, debió de ser realizada en la primera o a principios de la segunda década del siglo pasado.

Fontanilla

«La calle Fontanilla es espaciosa. Su primera estructura no presentaba obstáculo alguno en su pavimento, salvo algunas viviendas ya dispuestas con calzadas. La diferencia de nivel entre ambas aceras, en su tramo central, se amoldaba a la caída del terreno. Su configuración actual con el barranco que la divide en dos espacios se efectuó en la década de 1980. Su nombre responde a la existencia de una fuente o fontana que existió junto a la casa núm. 12; lo cual viene a confirmar la gran preocupación que nuestros antepasados tuvieron por conservar cualquier manantío que pudiera aportar agua a la población, por muy escaso que éste fuera. Anteriormente, se le llamó la calle de Alonso Gómez […] En la casa número tres existió una bodega, edificada por doña Concha Leal, quien también construyó otra, destinada a la fabricación de aguardiente en Don Blasco; dicha bodega sirvió para establecer una taberna, célebre por su vino. En la actualidad se rotula esta calle con el nombre de Fray Pedro de Feria, en recuerdo de tan ilustre figura. Fontanilla se une con la calle Colegio por la travesía de Pilaritos, que antiguamente tomaba el nombre de “Bujero”, por vivir en ella un vecino apodado de esa manera.»

La villa de Feria, T. II, pgina 42, de José Muñoz Gil

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«En la calle del Duque la gente me mira al pasar. Saludo con la cabeza mientras siento sus ojos en mi espalda. En las rejas hay ya banderolas y estandartes. Todo está dispuesto para el Jubileo. En el que fuera el Rincón de la Cruz, una plazuela en la parte baja de la calle, ondea nuestra bandera sobre la columna de granito. Imagino los cantos de los zapateros, sentados en los escalones en pendiente. Rodeados de piezas de cuero y leznas que afilan en la piedra de molino que se levanta tras la columna.»

Fragmento de la novela La tierra que pisamos, de Jesús Carrasco Jaramillo.

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«Primaveras luminosas de ventanas siempre abiertas
por donde entraba la brisa, ...
viejo barranco de piedra,
manantial de luz y vida,
trampolín de los veranos que atesoras nuestras risas.
La voz de cada vecino, de cada madre, …mil vidas pasarían por cada piedra
y jamás te olvidaría.
Por siempre en mi corazón, …mi casa,
en la punta abajo de la calle Fontanilla.»

                                                     Calle Fontanilla, poema de José Muñoz Fernández