“En tiempos del papa sirio”, de Jesús Sánchez Adalid

«Por eso afirma el profeta que ha sido voluntad de Dios que los cristianos sean entregados una se-
gunda vez a los ismaelitas, por su inconsistencia,  por su falta de fe y por sus pecados.  Brotará de 
repente un segundo califato.»

Jesús Sánchez Adalid vuelve a la senda de la novela histórica con En tiempos del papa sirio, una apasionante historia que se adentra en unos hechos ocurridos en el siglo VIII en la Siria cristiana y que nos permitirán entender lo que está sucediendo actualmente en esa región del mundo.

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La novela surgió, como explica su autor en una reciente entrevista, de una casualidad. El pasado año, con motivo de la presentación de su novela Y de repente, Teresa en Roma, tuvo conocimiento de un documento existente en la Biblioteca Vaticana que hablaba de la presencia del último arzobispo visigótico de Toledo, Sinderedo, en Roma a principios del siglo VIII, tras la invasión de los musulmanes de la Península Ibérica. Dicho arzobispo llegó a Roma, huyendo de los árabes, a través del Mediterráneo, siendo acogido por el Papa Constantino, un papa de origen sirio que había llegado de niño a Roma, a través de la isla de Lesbos, tras la proclamación del primer Califato.

Los romanos no querían recibir a los refugiados hispanos. Muchos de ellos los despreciaban por considerarlos corruptos, cobardes y culpables de su propia tribulación. Sin embargo, el papa sí se compadeció de ellos y les prestó el debido auxilio.

   El buen papa se acordaba de Siria, nuestra tierra, y a buen seguro había estado rememorando nuestra propia tribulación y la equiparaba a lo que estaban sufriendo los cristianos godos. Tal vez por eso me dijo luego:

   –Nadie mejor que nosotros podrá comprender a esa pobre y desdichada gente. Nosotros los sirios ya tuvimos que pasar por ello. Para una cultura antigua y cristiana resulta muy doloroso ver que todo se desmorona, que se hunden los fundamentos y los cimientos que con tanto esfuerzo y sacrificio pusieron nuestros antepasados. Igual que un día nosotros tuvimos que salir de nuestra tierra, ellos ahora se han visto obligados a dejarlo y huir. Lo mismo que nos tocó vivir les toca a ellos. Aunque yo era un muchacho imberbe, recuerdo muy bien el pánico de los nuestros y la terrible decisión de abandonar Siria. Tuvimos que salir con lo puesto, aprisa y sin titubear. Luego estaba el mar en la negrura de la noche, las olas, el frío… y, finalmente, una desierta y extraña playa de Grecia. Lo poco que llevábamos de valor nos lo arrebataron gentes sin compasión… Casi desnudo llegué a Italia…

La novela tiene el esquema del viaje iniciático. Su protagonista, Efrén, es un joven sirio de noble origen que vive en Damasco, en el barrio de Bab Tuma, el barrio cristiano más antiguo del mundo y en el que vivieron san Pablo y santo Tomás. Allí crece, durante el primer califato Omeya, siendo testigo de las continuas humillaciones y atropellos que sufren sus gentes a manos de los muslimes por mantenerse fieles a su fe. Efrén tiene que emprender un viaje hacia un santuario en Ouadi Qadisha, el llamado Valle Santo, donde crecen los cedros de Dios. En este lugar viven unos anacoretas monjes que custodian una antigua profecía. La novela nos permite viajar hacia esa profecía, conocida como Apocalipsis del Pseudo-Metodio –llamada así por el nombre de un obispo siriaco que vivió en el siglo VII– que habla de dos dominaciones islámicas: una, la que se iba a producir en los momentos previos a la conquista de la península Ibérica por los musulmanes, con la expansión del Islam, y una segunda dominación que se produciría cercana al fin de los tiempos.

    Y después de la caída del imperio de los persas, los hijos de Ismael se alzan contra el Imperio romano y cristiano. El nuevo y definitivo enemigo es pues el reino de los llamados hijos de Agar, los que la Sagrada Escritura nombra como «el poder del sur». En este periodo los árabes oprimirán en todo lo posible el mundo sometido a ellos. Pero aquel a quien Metodio llama «rey de los griegos y los romanos», es decir, el rey cristiano, los vencerá, e impondrá por la fuerza la paz en el mundo.

    Pero Metodio avisa que, a pesar de esta victoria, no obstante la paz, la seguridad y la prosperidad, los cristianos comenzarán a ser laxos en su fe de nuevo […]

   Por eso afirma el profeta que ha sido voluntad de Dios que los cristianos sean entregados una segunda vez a los ismaelitas, por su inconsistencia, por su falta de fe y por sus pecados. Brotará de repente un segundo califato. Vendrán pues persecuciones, bajo las cuales se pondrá de manifiesto quiénes han permanecido más fieles. Habrá terrores, muertes, crueldades y pánico entre las gentes que creían ya estar seguras […]

           Ese será el tiempo final.

Esta serie de coincidencias han dado pie para que Sánchez Adalid haya podido escribir esta novela histórica, un gran relato que puede servir muy adecuadamente para explicar al mundo los orígenes más remotos de lo que hoy está sucediendo en Siria. No olvidemos, como señala el escritor extremeño, que en tierras sirias comenzó el cristianismo y que desde allí San Pablo lo propagó por todo el Mediterráneo hasta España. Además, de Damasco, la capital de Siria, salió el ejército que en 711 conquistó la península Ibérica, y ahora el Estado Islámico o Daesh se autodenomina califato para volver a los orígenes del Islam.

La novela, que se apoya en un gran trabajo de documentación e investigación histórica, resulta muy entretenida y de fácil lectura. Muy recomendable.

SINOPSIS

 ¿Cuál es el origen de lo que está sucediendo ahora en Siria?

Una novela reveladora y necesaria.

«Mi nombre es Efrén, sirio, nacido en el barrio cristiano de Damasco, el quinto año del califa Abd al-Malik…»

Así empieza la extraordinaria historia de un joven educado en la Siria cristiana, en el primer califato Omeya. A las puertas de su edad adulta, Efrén se hará consciente de la pérdida de identidad de una antigua cultura oprimida. Sintiéndose llamado a hacer algo, emprenderá un viaje que le llevará hasta un fascinante santuario poblado por anacoretas en el Valle Santo (Ouadi Qadisha), donde se custodia una profecía que parece estar empezando cumplirse. Tras su conocimiento, Efrén será enviado a afrontar un gran riesgo…

 En tiempos del papa sirio nos descubrirá muchos misterios sobre el período de máxima expansión del Islam, en el siglo VIII. Una vez más, Jesús Sánchez Adalid pone en juego sus conocimientos tanto de la Historia como de las pasiones humanas para transmitir a sus lectores hechos sorprendentes e indispensables para comprender todo lo que hoy está sucediendo en el mundo, a pesar de haber transcurrido trece siglos. Por eso decidió profundizar en la tradición del cristianismo de Siria, el más antiguo de la Historia. La existencia de documentos reveladores y muy poco difundidos del primer califato, como la profecía conocida como Apocalipsis del Pseudo-Metodio, pueden aportar indicios e interpretaciones muy útiles para descifrar las claves del temido islamismo radical que cree en la actualidad.

«Lo que está ocurriendo en el mundo tiene una explicación que todos debemos conocer.»

Jesús Sánchez Adalid

FRAGMENTOS DE LA NOVELA

    «Entonces, el venerable y enigmático papa Constantinus avanzó de nuevo hacia los hispanos, ahora solo, lento, solemne. Se detuvo a unos pasos de ellos y, alzando la voz, preguntó:
    —¿Quién de vosotros es el metropolitano de Toletum?
  Pasado un instante, se adelantó un clérigo alto, que se apoyaba en un báculo episcopal de puro bronce labrado. Se arrodilló y respondió:
   —Padre santo de Roma, y hermano mío, yo soy el metropolitano de Toletum. Mi nombre es Sinderedo.
    Seguidamente, alguien gritó desde una torre:
    —Perfide! (¡traidor!)
    Y otras voces secundaron:
   —Merdose! (¡mierdoso!). Cacate! (¡cagado!). Cacator! (¡cagón!). Sordes! (¡basura!). Spado! (¡capón!)…
   Y se formó un gran revuelo con abucheos, pitas y demás. Á resultas de lo cual, el papa alzó los brazos y los agitó, a la vez que lanzaba hacia los vocingleros una mirada cargada de reproche. Y cuando hubo logrado que se hiciera el silencio, se cubrió el rostro en señal de aflicción; y luego, con los ojos inundados en lágrimas, avanzó hacia el obispo hispano Sinderedo, se echó afectuosamente sobre él, lo abrazó con ternura, cual padre misericordioso, y lo cubrió de besos, en la frente, en la cara y donde quiera que caían sus labios.
    La multitud que contemplaba la escena quedó desconcertada. No comprendían que el papa fuera tan comprensivo con unos hombres a quienes la cristiandad romana consideraba cobardes, degenerados y necios, por haber dejado caer su patria tan fácilmente en poder de la estúpida herejía mahomética. Pero el venerable Constantinus tenía motivos muy íntimos, imbatibles razones, para tener misericordia y apiadarse de aquellos cristianos exiliados. Motivos y razones que yo sí conocía. Porque el buen papa era de origen sirio, como yo. Y el corazón de los que un día tuvimos que abandonar Siria, hace tiempo que fue traspasado por desgarradores presagios que empezaban ahora a cumplirse…»

 

[…]

Reportaje sobre Ouadi Qadisha

   «Después de tres fatigosas jornadas de camino por intrincados vericuetos, por fin alcanzamos la cima desde la que se divisa, hacia oriente, como un paredón terrible, el monte Makemel, que domina Ouadi Qadisha. Quedé admirado contemplando la grandeza verde, oscura, del bosque sagrado, donde crecen los eternos árboles de Dios, aquellos cedros del Líbano que ensalzan los salmos. Colgadas del precipicio, brillaban las tres cúpulas del santuario, edificado entre enormes roquedales, rodeado por otras pequeñas construcciones, como ermitas menores apiñadas en torno. El conjunto, humilde, austero, tiene su origen en aquellos lejanos tiempos en que los eremitas eran llevados por el Espíritu a los montes más olvidados, cuando todavía los emperadores romanos permanecían obstinados en el paganismo, obedeciendo al demonio,   afligiendo a los cristianos con persecuciones y martirios.
     Descendimos hacia el valle por pedregosas pendientes, sobrecogidos por el silencio, hasta adentrarnos por el angosto desfiladero al que se asoman infinidad de terrazas cultivadas por los monjes. Era un hermoso santuario, como así debieron de desearlo siempre sus fundadores, que buscaron en aquel arrinconado y fragoso desierto el retiro del mundo. Y todo allí parecía llamar a ese peculiar destino: la quietud, las recónditas cuevas abiertas entre la maleza, los aromas a acera quemada e incienso…»

 

JESÚS SÁNCHEZ ADALID

vivirextremadura.es Jesús Sánchez Adalid

                                                  vivirextremadura.es

Jesús Sánchez Adalid (1962) nació en Villanueva de la Serena (Badajoz). Se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura y realizó los cursos de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ejerció de juez durante dos años, tras los cuales estudió Filosofía y Teología. Además, es licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca. Es profesor de Ética en el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo.

Su amplia obra literaria ha conectado con multitud de lectores, gracias a la veracidad de sus argumentos y a la originalidad de sus descripciones, sustentadas en una profunda documentación. Sus novelas constituyen una permanente reflexión acerca de las relaciones humanas, la libertad individual, el amor, el poder y la búsqueda de la verdad.

La obra de Sánchez Adalid se ha convertido en un símbolo de acuerdo y armonía entre los pueblos, religiones y razas, algo especialmente necesario en un mundo desgarrado por la intolerancia y el fanatismo.

Ha publicado con gran éxito La luz del Oriente, El morázabe, Félix de Lusitania, La tierra sin mal, El cautivo, La Sublime Puerta, El caballero de Alcántara, Los milagros del vino, Galeón, El camino mozárabe, Treinta doblones de oro, Y de repente, Teresa  y La mediadora.

Es también autor de Tras los pasos del abate viajero, una obra de encargo institucional que fue presentada en 2014.

En 2007 ganó el premio Fernando Lara por su novela El alma de la ciudad; en 2012 el premio Alfonso X el Sabio de Novela Histórica por Alcazaba; en 2013 el premio Internacional de Novela Histórica de Zaragoza por el conjunto de sus obra; el premio Diálogo de Culturas y el premio Hispanidad. En 2014 su novela Treinta doblones de oro recibió el premio Troa Libros con Valores.

En Extremadura ha sido distinguido con la Medalla de Extremadura y el premio Extremeños de Hoy.

Sánchez Adalid ha colaborado en Radio Nacional, en el diario Hoy y en revistas Historia National Geografic y Vida nueva. Actualmente colabora con Canal Historia (The History Channel), Volcán Producciones y Zebra Producciones.