“Un cambio de verdad”, de Gabi Martínez

Un cambio de verdad: una vuelta al origen en tierra de pastores es el último libro publicado por el escritor y viajero barcelonés Gabi Martínez, en el que nos narra sus experiencias como pastor en tierras extremeñas.

«En el invierno de 2017, Gabi Martínez decide instalarse como aprendiz de pastor cerca del pueblo de su madre, Eloísa, en la comarca extremeña de La Siberia, para experimentar el estilo de vida rural en el que creció ella de niña. Su misión consiste en supervisar un rebaño de más de cuatrocientas ovejas y pasar los meses en un refugio sin baño ni agua corriente.

Su crónica nos habla de agricultores, pastores, ecologistas y otros habitantes de la zona, y de lo que le enseña cada uno, sus diferentes formas de encarar una vida, la relacionada con la agricultura y la ganadería, en rápido proceso de transformación, entre el cambio climático, los nuevos comportamientos de los animales y una realidad que amenaza con dejarlos atrás pese a su resistencia.»

Gabi Martínez lleva a cabo esta experiencia con el fin de profundizar en las raíces de su madre, Eloísa, que «lleva toda la vida hablando de lobos, arroyos, encinas. De higos robados, sisones, tormentas. Además de las ovejasPero también como una muestra de homenaje y de respeto hacia su familia. «Mi madre sigue contando historias del campo, de cuando ella y mi abuelo eran pastores. Me preguntaba por qué mi madre había mantenido la dignidad y veo que vivió una infancia y principio de juventud con valores que ha mantenido y en los cuales yo he sido educado. Y para mí siguen siendo referentes morales frente a lo que veo en las tribunas públicas donde las personas, en vez de poner paz, están haciendo lo contrario. Por eso decido intentar vivir de una manera, no como ella porque las condiciones son distintas, pero sí tomar contacto con la tierra y sin intermediarios que me lleve a pensar en algún momento a como pudieron pensar mi madre y mi abuelo», ha señalado el escritor catalán.

     «El brezo y el tomillo ya estaban en flor pero la eclosión del millones de jaras ha inaugurado en serio la primavera. Con tanto cucú se diría que el campo está lleno de relojes. Los nidos rebosan polluelos de alas con colores frescos que restallan bajo el cielo límpido sacando brilllos a la luz. En el rebaño negro se han colado una madre blanca y su cría que se habían extraviado, y destacan de un modo que casi anula a las demás. Si a un niño le pidieras que señalara a una oveja, ¿apuntaría a esas dos? Si le pidieran que dibujara un cordero, ¿cómo lo pintaría?»

En este libro, mezcla de narrativa, crónica y ensayo, Gabi Martínez nos cuenta las experiencias que tuvo mientras pastoreaba dos rebaños, primero uno de ovejas blancas y después otro de ovejas merinas, y la relación que entabló con pastores, agricultores, ecologistas y otros personajes de esta desconocida y hermosa comarca extremeña. Pero también nos habla de buitres y avutardas, de encinas y pinos resineros, de lobos y mastines, de jaras y argamulasEn fin, un libro hermoso y ameno, escrito de manera sencilla y que se lee de un tirón.

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SINOPSIS

    «Ya es verano, los pastos han cambiado de color pero aún pienso cada día en la luz. En los efectos de su imperio y su ausencia. Hay buenos motivos y un rebaño para explicar semejante fiebre. A centímetros de mis pies desnudos cae el sol a plomo mientras recuerdo cómo la luz me cegó hace meses, aunque es ahora cuando entiendo que el deslumbramiento empezó con mi madre. Ella fue quien me enseñó que hay tanto color como seas capaz de ver. Que buscar la alternativa es una opción. Recuperar un pedazo de la naturaleza que ha inspirado su vida era un anhelo viejo que a lo largo de los años ha ido cobrando la dimensión de necesidad, como si en su forma de crecer y relacionarse con el mundo palpitara esa respuesta elemental que en realidad yo sabía, que todos sabemos, y sin embargo estaba perdiendo de vista.»

En pleno invierno, Gabi Martínez se instala como aprendiz de pastor en la Siberia extremeña para experimentar la forma de vida que su madre conoció de niña. Allí sobrevive en un refugio sin calefacción ni agua corriente, al cuidado de más de cuatrocientas ovejas. Pronto conoce a los habitantes de la zona y va impregnándose de sus diferentes maneras de entender el campo. Es entonces cuando decide afrontar un cambio aún mayor. Uno de verdad.

A través de una experiencia radical, este libro despierta nuestra conciencia ambiental, nos conecta con aquellos que nos precedieron y nos ayuda a comprender nuestro presente para transformarlo en un estilo de vida más sencillo, en armonía con la naturaleza.

Gabi Martínez convierte el género del nature writing en alta literatura en estas páginas que son la crónica de un autoaprendizaje. El legado de un comunicador y naturalista apasionado como Félix Rodríguez de la Fuente, los efectos del cambio climático en el entorno y la resistencia heroica de quienes proponen formas sostenibles de producción son algunas de las claves de este relato surgido del propio territorio. Esta lectura que apela a los sentidos nos acerca a agricultores, pastores, ecologistas, hombres y mujeres que subsisten en un paraje natural desconocido de la geografía española.

       «La perra ha dejado de ladrar. Quizás haya pasado algo. ¿Es mejor que ladre o no? Hay movimiento en el tejado. Firmes barrotes de hierro protegen la puerta y las ventanas. Hace un rato abrí los ojos y no tuve claro haberlo hecho, porque la oscuridad era igual o incluso más hermética. He buscado grietas en la negrura parpadeando para humedecer el lagrimal y definir mejor la visión, pero este negro es compacto. Aparte de los córvidos y de los insectos con quitina, en La Siberia habitan buitres y cigüeñas de ese color. Abro los ojos para llenarme de negro, más indiscutible que el silencio.»

GABI MARTÍNEZ

Gabi Martínez nació en Barcelona, en 1971. Su obra narrativa, traducida a varias lenguas, incluye Ático (2004), por el que fue seleccionado por la editorial Palgrave/Macmillan como uno de los cinco autores más representativos de la vanguardia española de los últimos veinte años; Sudd (2007), que ha sido adaptado al cómic; Los mares de Wang (2008), Mejor Libro de No Ficción del año según Condé Nast Traveller; Sólo para gigantes (2011), galardonado con el Premio Continuará de TVE y seleccionado como Mejor Libro de No Ficción por Qué Leer; En la Barrera (2012), nuevamente elegido como el Mejor Libro de No Ficción por Qué Leer; Voy (2014); Las defensas (Seix Barral, 2017); Animales invisibles (2019) y Un cambio de verdad. Una vuelta al origen en tierra de pastores (Seix Barral, 2020). Ha recibido el Premio Continuará de TVE Cataluña por su trayectoria literaria, y es miembro fundador de la Asociación Caravana Negra para la difusión de la cultura y la naturaleza y de la Fundación Ecología Urbana y Territorial.

OTROS FRAGMENTOS DEL LIBRO

     «Uno de los pastores ha dicho que, sendero abajo, a orillas del embalse de Orellana, hay un microclima muy bueno, y esa palabra, microclima, se me ha hecho extraña en él a la vez que me transportaba a la ciudad, con todos sus prefijos, sufijos y compañía.
El poniente sacude un poco las aulagas. A veces froto tallos de romero o lavanda en la palma de la mano antes de palmearme el cuello, con mejorana también, que es la fragancia preferida de Miguel. La lana olerá pronto igual.
     –Cuando el campo se pone lila es maravilloso –dijo el otro día ante miles de argamulas.
    Dos rebaños conversan de valla a valla pero conforme desciendes al pantano, la vista tiende a apuntar arriba porque sobre las aguas planean multitud de pájaros que se chillan entre ellos. El cauce tiene un ancho de al menos tres antiguas cañadas, y zigzaguea creando caladeros y mini islotes que pueden colonizar patos, avefrías, cormoranes. El convento en ruinas de la otra orilla es el hogar de más de cuarenta cigüeñas.
     Llevo dos días sin lavarme nada más que la cara y el cuello. Hace calor y la temperatura del agua aún no es muy alta pero el sol me ha calentado en serio, así que vamos allá. Nado. En aguas quietas. Sin nadie. Entre animales. Aquí, ahora, vivir es una palabra más pura, vinculada de una forma nítida a lo que fue hace tiempo. La potencia del presente disminuye lo demás. Son cosas que puedes pensar secándote al sol sobre una de las lascas de pizarra tendidas en una ladera que muere en el agua. La infancia de mi madre fue eso. Y la mía, hace años. Incluso aún, de vez en cuando, soy capaz de vivir así. Un lugar donde pensar como Eloísa y Quiterio. Los patos vuelan en bandas de cinco.»  […]

         « –Míralas. –Estamos frente al rebaño– . La merina no tendrá culo pero es lo único que no tiene.
Las ovejas negras se esparcen por un espacio que, con ellas, irradia un halo aún más primitivo. Son las protagonistas de un rescate memorable.
     Estos meses de conversaciones siberianas he ido preguntando a algunas personas del campo cuáles son los momentos que recuerdan con más alegría o satisfacción. Juan Alfredo recordó el día que sacó a una oveja del pozo. El veterinario al que amamantó una loba, narró cómo ayudó a que un cordero y un burro nacieran cuando parecía que iban a morir en el parto. Amado Franco desenredó a un ciervo entre alambres, y también recordó la colleja que, siendo niño, le dio su padre tras matar a un gorrión con balines. ¿Te lo vas a comer?, le preguntó su padre. ¿Te ha perjudicado? Pues no vuelvas a matar a un animal si no es por alguna de esas dos cosas. Christine Germain, Quiterio, Enric Font, Ángels Baldellou, Benigno Varillas… Álvaro Eldelcamping tiene tanto que contar que prefirió señalar lo importante que es disponer de un palito, y explicó cómo lo usó el mes pasado para desenmarañar al buitre leonado que cayó en un tamujal.
     Uno tras otro fueron relatando rescates y, mientras hablaban, todos, siempre, sonreían.»