“El cuarto de la plancha”, de Inma Chacón

«Para mi madre,
que me enseñó a mirar las caras
bonitas de la vida.

Y para mi padre,
que nos regaló una infancia feliz.»

Inma Chacón acaba de publicar una nueva novela, El cuarto de la plancha (2023), en la que la escritora extremeña retrata a su familia, haciendo un especial homenaje a su madre y a su hermana Dulce. Es la historia de una madre y sus nueve hijos que tuvieron que marcharse de Zafra a Madrid cuando fallece el padre.

Una novela en la que retrata a su familia, pero sin duda es un sentido homenaje a su madre y a todas las madres.

Como señala la autora en el prólogo de la obra: «Esta novela representa mi hogar, y mi hogar es mi madre, mi infancia, mi pueblo, mi adolescencia y toda una vida en la que mi madre ha sido mi referente más sólido.

Cada palabra de estas páginas es un homenaje a ella, pero también a todas las madres, a todos los padres y a todos los hijos e hijas que puedan verse identificados conmigo.

En realidad, el libro empezó siendo una novela compuesta de anécdotas que mi madre me había contado sobre su familia, algunas de las cuales me han servido de inspiración para varias de mis novelas. Historias sobre sus antepasados que pensé que merecería la pena escribir tal y como sucedieron, sin la ficción a la que las había sometido anteriormente.

De modo que me gusta definir esta novela como una especie de diálogo entre las anécdotas de mi madre y las mías, o entre nuestras memorias. Una conversación entre recuerdos, donde mi voz se hace eco de la suya.»

El cuarto de la plancha es, por tanto, un sentido homenaje a la madre de la escritora de Zafra basado en acontecimientos familiares, tantos los felices como los trágicos.

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SINOPSIS

Un homenaje a las familias y a las madres tiernas, valientes y cómplices

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 «Mi madre no tiene nombre. Solo se llama mamá, como todas las madres del mundo. Nunca se me habría ocurrido dirigirme a ella de otra manera; si acaso, a veces, cuando quiero mimarla o ser más cariñosa que de costumbre, le digo mami, como me dice a mí mi hija pequeña, o mamina, como llaman a mi sobrina sus hijos casi italianos. No obstante, para mí, mi madre siempre ha sido mamá, como para miles de millones de personas. Sí, ya sé que no todo el mundo llama a su madre de la misma manera, hay otras variantes y otras lenguas, pero en todas ellas se produce el mismo fenómeno: tanto el concepto como el término que lo representa son unívocos e inequívocos; no hay polisemia ni sinonimia posibles, sino acepciones coloquiales como las que utilizo yo.»

El cuarto de la plancha es un libro tejido con el amor de las madres y de las historias que se susurran al oído antes de irse a dormir; es un canto de amor a la familia con todo lo que tiene de caótico, de bueno, de triste, de sabio y de conocido; es una mano tendida, un corazón remendado y una ventana abierta a los recuerdos. Es, en suma, la voz única, sincera y dulce, certera y personalísima de Inma Chacón desgranando en una obra inolvidable, tierna, divertida y cercana, también desgarradora por momentos, la historia de su familia, y la suya propia, narrada como su más fascinante novela.

De la particular relación que une a dos hermanas gemelas a lo largo de toda su vida y más allá de la muerte al valor de una joven madre viuda capaz de sacar adelante a sus nueve hijos; del misterio de un abuelo que no parecía querer a sus nietos al de una segunda esposa enamorada que, por no molestar, casi no tenía ni nombre; del recuerdo de un padre con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho a los secretos que oculta un costurero antiguo o un rosario de piedras amarillas… Todo cuanto se nombra en El cuarto de la plancha guarda un significado y una historia. Pero, sobre todo, atesora un sentimiento, una emoción, que hace de este libro una obra cautivadora, honda, conmovedora, difícil de olvidar.  

INMA CHACÓN

vestido negro-collar rojoInma Chacón (Zafra, 1954) es doctora en Ciencias de la Información y fue decana de la Facultad de Comunicación y Humanidades de la Universidad Europea. Su primera incursión en el mundo de la narrativa fue con La princesa india, novela a la que siguieron Las filipinianas, Tiempo de arena (por la que fue finalista del Premio Planeta), Mientras pueda pensarte y Tierra sin hombres, que fueron grandes éxitos de ventas y crítica. También ha publicado la colección de relatos Voces. Antología personal y los poemarios Alas, Urdimbres, Antología de la herida y Arcanos. En el campo de la dramaturgia, es autora de varias obras, entre las que destacan La Baltasara y Las Cervantas, escrita junto a José Ramón Fernández por encargo de la Biblioteca Nacional. También ha colaborado en numerosos libros colectivos de poemas y de relatos. Los silencios de Hugo, su séptima novela, es un homenaje a su tierra, Extremadura. El cuarto de la plancha es su última lectura.

“Mientras pueda pensarte”, la última novela de Inma Chacón, sobre los niños robados

Mientras-pueda-pensarte

Mientras pueda pensarte

  • Título: Mientras pueda pensarte
  • Autora: Inma Chacón
  • Nº de páginas: 350 págs.
  • Editorial: Planeta
  • ISBN: 978-84-08-11989-0
   «No sé quién soy. Tengo casi cuarenta años, un trabajo estable y bien remunerado como creativo de una de las agencias publicitarias más solventes de Europa y un currículum que acredita cada paso de mi vida laboral.
  Mi nombre figura en mi expediente universitario, en los certificados de mis másteres, en mis notas del colegio, mi DNI, mi pasaporte y el libro de familia de mis padres, con mi fecha y lugar de nacimiento, el número de tomo y página del registro donde me inscribieron al nacer.
      Todo oficial, todo correcto, todo legalmente constado.
      Pero no sé quién soy.»

 Con estas palabras, se inicia esta novela de dos vidas paralelas que tratan de conocer toda la verdad de la historia, por dolorosa que esta pueda resultarles. Mientras pueda pensarte es un relato emotivo y sobrecogedor sobre el tristemente famoso tema de los niños “robados”.

 El título de la novela está sacado del poema La dignidad del poeta extremeño Ángel Campos Pámpano.

Mientras pueda pensarte
no habrá olvido

 

Inma Chacón habla de su novela

INMA CHACÓN

inmachacon.com

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 Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954). Es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Documentación en la Universidad Rey Juan Carlos. Ha sido decana de la facultad de Comunicación y Humanidades en la Universidad Europea. Fundó y dirigió la revista digital Binaria: Revista de Comunicación, Cultura y Tecnología. La princesa india fue su primera incursión en el mundo de la narrativa, a la que siguieron Las filipinianas y Nick, una novela juvenil donde se cuenta una historia de amor a través de la red. También ha publicado los poemarios Alas, Urdimbres, Antología de la herida y Arcanos. En 2011 fue finalista del Premio Planeta con Tiempo de arena, un relato apasionante de un hacendado español a finales del siglo XIX.

SINOPSIS

  «No sé quién soy.» A los cuarenta años, Carlos Miranda, un publicista de éxito en la ciudad de Valencia, descubre que quienes creía que eran sus padres no lo son. Él fue dado en adopción de forma ilegal con la complicidad de un médico, una monja y un taxista. Cuarenta años antes, en una casa cuna de Valladolid, María Dolores González , una joven soltera de diecisiete años y sin pareja conocida, da a luz un bebé. A las pocas horas del alumbramiento, le comunican que el niño ha muerto de una extraña infección. Pero algo en su interior le dice a la joven que las cosas no son lo que parecen.

FRAGMENTOS DE LA NOVELA

«La abuela Mila era incapaz de perdonarla. No podía entender que hubiese olvidado el paseíllo por la calle Real, ni las visitas a la tumba sin lápida de su padre, ni el silencio que se había impuesto en el pueblo sobre él, la única losa que cubría sus restos.
  La abuela Mila no podía olvidarlo. El olvido no. El olvido es un parásito que anida en las raíces de la memoria para destruirla desde dentro. Una plaga que se extienda, oculta de la vista, invadiéndolo todo hasta dejarlo seco y estéril. No la abuela Mila no permitiría que esa plaga prosperase.»
[…]
   «La boca le temblaba ligeramente. Se diría que estaba reteniendo lo que verdaderamente quisiera decirle a su hijo, como si midiese las palabras para no hacerle daño.
    –Sólo quiero saber adónde te llevaron y si has sido feliz.»